El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mantuvieron este jueves una charla telefónica. El contacto se dio luego del ataque de Israel contra un convoy de trabajadores humanitarios en Gaza, que dejó siete víctimas fatales.

La relación entre los Estados Unidos e Israel, socios históricos, se tensa con el foco de conflicto en Gaza. Si Israel no da pasos concretos para “proteger civiles y voluntarios en el terreno”, Estados Unidos puede modificar su posición de aliado, es lo que comunicó Casa Blanca.

Biden condenó el ataque a voluntarios de World Central Kitchen, una organización fundada por el chef español-estadounidense José Andrés, y dijo sentirse “indignado”. El ataque terminó con siete muertos y ha suscitado repudio de la comunidad internacional.

Israel, a través del premier Netanyhau, reconoció su responsabilidad en el ataque, pero dijo que la muerte de los trabajadores no fue intencional. Las circunstancias que rodearon los hechos aún son investigadas.

En un comunicado, tras la llamada telefónica entre los mandatarios, la Casa Blanca exigió que se implemente “una serie de medidas específicas, concretas y medibles para abordar los daños a los civiles, el sufrimiento humanitario y la seguridad de los trabajadores humanitarios”

En conferencia de prensa, el secretario de Estado Antony Blinken no especificó cuáles serían las medidas concretas que debería tomar la administración de Netanyahu con respecto a la guerra que se libra en Gaza. Sin embargo, expresó que Israel debería darlas a conocer en las "próximas horas o días" y que Estados Unidos evaluará si son suficientes.

Con anterioridad al ataque del convoy humanitario, Biden ya había exigido un “alto el fuego temporal” que incluya la liberación de los rehenes retenidos por Hamas, entre los que hay argentinos. De hecho, Washington permitió el voto en el Consejo de Seguridad de la ONU a finales de marzo de una resolución a un "alto el fuego inmediato", que no obstante todavía no ha tenido efecto.