Los últimos días de la carrera electoral carioca dejaron un clima muy áspero, motorizado especialmente por las posturas del actual presidente Jair Bolsonaro. En la semana final, el ultraderechista denunció que el Tribunal Superior Electoral favoreció a Lula al no transmitir -siempre según Bolsonaro- miles de anuncios de radios asignados de forma gratuita a su espacio. "Soy víctima otra vez", sentenció.

Esto habría motivado a Bolsonaro a pedir a las cúpulas militares la suspensión de la segunda vuelta electoral. Se especula que la solicitud llegó el miércoles a la noche, cuando el mandatario se reunió con los generales Paulo Sergio Nogueira de Oliveira y Marco Antonio Freire Gomes, ministro de Defensa y comandante del Ejército, respectivamente; y con el jefe de la Armada, Almir Garnier Santos, y el titular de la Fuerza Aérea, Carlos Baptista Júnior.

El periodista brasileño Beto Almeida dijo en Nada del Otro Mundo de FM 102.3 que "los militares no estarían tan decididos a involucrarse en una aventura de ese tipo". Almeida resaltó que Brasil es miembro del Comando Sur de los Estados Unidos y que el vicecomandante, Alcides Valeriano de Faria Júnior, es un general brasileño.

“Hay señales del gobierno de Biden para que no haya ningún tipo de ruptura de la legalidad, que el resultado sea respetado”, completó.

Lula sumó algunos porotos en el final

Mientras tanto, las encuestas, que estuvieron muy lejos del acierto en la primera vuelta, mostraron un rebote favorable a Lula en los últimos días, después de que el exmilitar hubiese recortado diferencias con el líder del PT, lo que configuraba una previsión de resultado muy cerrado.

La última medición de Datafolha dio a Lula con un 54% de intención de voto contra el 46% de Bolsonaro. Esto es un punto más de diferencia para el candidato del PT respecto a la medición realizada días atrás.

Una de las razones de esta recuperación de Lula podría ser lo que sucedió con Roberto Jefferson, un exdiputado bolsonarista que se atrincheró y atacó a tiros y con granadas a los agentes que fueron a detenerlo. ¿Por qué? Porque violó las condiciones de su detención domiciliaria, situación en la que estaba luego de ser encontrado culpable de hechos de corrupción y ataques contra la democracia.

Su aliado asestó un puñetazo al hígado del núcleo duro bolsonarista al atacar a las fuerzas de seguridad. Ante esto, Bolsonaro se vio obligado a salir a hablar en un video en el que aclara que quien ataca a las fuerzas policiales es un delincuente. Y su ministro de Justicia debió apersonarse en la casa de Jefferson para convencerlo de que se entregue.

El último debate

Esta noche Lula y Bolsonaro volverán a tener un cara a cara. Será el último y estará organizado por la cadena O Globo. Luego de que en el debate anterior Bolsonaro pusiera su mano sobre el hombro de Lula en gesto condescendiente, la organización estableció que los candidatos tendrán prohibido tocarse. Será la disputa final en el cierre de campaña televisivo para Lula y Bolsonaro.

Lo que no se detendrá es la campaña en redes sociales. "Hay una máquina de mentiras trabajando a todo vapor, libre, suelta, sin que el Tribunal Superior Electoral haga nada", expresó Almeida en relación a la campaña de fake news de Bolsonaro.

Subrayó que uno de los videos difundidos de manera anónima llegó a las 30 millones de visualizaciones y que "nadie sabe de dónde viene la plata (para difundir esos contenidos) ni dónde están los robots". De hecho, el propio hijo del actual presidente anunció que va a haber millones de videos contra Lula hasta el domingo.