El Ministerio del Interior de ese país informó en un comunicado que  a las 3.20 de la madrugada, "en la sede del Hospital Centro Médico Naval del Callao, se dio inició a la cremación del cuerpo de Manuel Rubén Abimael Guzmán Reinoso", y que el procedimiento concluyó dos horas después.

En comunicación con La Perra de Vida el periodista peruano, Luis Davelois, dijo que a diferencia de lo que se piensa Guzmán “no lideraba un movimiento campesino reivindicatorio. Era un sector de clases medias que se gestó en la academia. Su primer atentado terrorista fue en el año 1980 después del gobierno dictatorial de una Junta Militar. El se consideraba la cuarta espada del comunismo y se construyó alrededor de él un culto a la personalidad por lo que fue tan difícil disponer de sus restos en el día de hoy”, expresó el periodista.   

El destino de las cenizas de Guzmán, cuyo cadáver permaneció en la morgue de esa ciudad desde su muerte a los 86 años en prisión el 11 de septiembre, no fue revelado por el gobierno peruano y se mantiene en reserva. La cremación, realizada acatando una ley que permite disponer el destino de cabecillas guerrilleros por seguridad nacional, fue presenciada por los ministros del Interior, Juan Carrasco y el ministro de Justicia, Aníbal Torres.

Davelois manifestó que el líder de Sendero Luminoso se “creía un mesías, alguien superior, al igual que la gente que tenía a su alrededor. Nunca jamás mostró arrepentimiento por los asesinatos y la crueldad. No solamente mató a opositores, terratenientes explotadores de un pueblo oprimido, si no también lo hizo con autoridades de izquierda. Gente que se levantaba también contra esa brutalidad genocida. no era alguien que buscaba tener derechos igualitarios”, describió. 

En éste sentido las autoridades no permitieron el ingreso de la prensa y tampoco informaron si hay registro fílmico o gráfico de la cremación, algo que parlamentarios de derecha habían reclamado. El acto coincidió con el día institucional de las Fuerzas Armadas, que Perú celebra este viernes. 

La cremación puso punto final a una disputa entre las autoridades y la viuda, que reclamaba desde prisión disponer de los restos de Guzmán y acusó al Gobierno de "asesinato".

La fiscalía, respaldada en una ley reciente, alegó razones de seguridad nacional para cremar el cuerpo y no entregarlo a la viuda, ante el temor de que la tumba pueda convertirse en un lugar de peregrinaje para Sendero Luminoso, grupo considerado terrorista.

Sendero Luminoso lanzó una "guerra popular" marcada por cruentas acciones entre 1980 y 2000 en un conflicto que dejó 70.000 muertos, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación.

Finalmente el periodista peruano mencionó que no hay que descartar que también hubo en la historia del  Perú un fuerte terrorismo de Estado. Sendero Luminoso consideró que llevaba al comunismo a una nueva etapa. Guzmán murió por causas naturales en prisión, juzgado por el Estado que también trató de destruir asesinando a miles y miles de personas”, concluyó Luis Davelois