El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, tuvo su encuentro este viernes con unos de los principales líderes del mundo, el chino Xi Jinping. Lula arribó a la reunión bilateral después de una serie de encuentros en Shanghai, llevados a cabo el jueves, en los que no ahorró críticas al Fondo Monetario Internacional (FMI) y en los que propuso que las economías emergentes comiencen a estudiar la manera de operar con monedas propias, con la idea de dejar de lado la hegemonía del dólar estadounidense. 

Lula da Silva cuestionó al FMI por "asfixiar" a la Argentina

Brasilia está dispuesta a ser un actor clave en la transformación que el mundo experimenta: del Consenso de Washington a un orden mundial multipolar en el que Beijing opera de contrapeso. “Queremos que la relación con China no sea meramente comercial. Queremos que trascienda más allá y que sea profunda, fuerte”, expresó Lula al inicio del encuentro, delante las cámaras de TV. 

Xi Jinping, por su parte, subrayó que “el desarrollo continuo, sano y estable de las relaciones jugará un papel clave para la paz, estabilidad y prosperidad mundiales”. Esto dicho un mes después de la visita del chino a su par ruso, Vladímir Putin, y de las recientes declaraciones de Lula respecto a la necesidad de un cese de la guerra en el este de Europa. 

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Lula fue recibido con honores por el mandatario chino en el Gran Palacio del Pueblo, ubicado en Tiananmen. “Estoy feliz de encontrarme con mi viejo amigo una vez más en Pekín, en esta época en la que la primavera florece”, dijo Xi. 

Sobre lo que sucede en Ucrania, los mandatarios coincidieron en que “el diálogo y la negociación son la única vía factible”. En la previa se especulaba con que Lula presentaría a Xi su propuesta de que un grupo de países “no alineados” terciara entre Rusia y Ucrania y se sentaran las bases para una salida negociada.  

Lula da Silva y su esposa Rosangela da Silva, en la plaza de Tiananmen, este viernes. Foto: Handout vía Reuteres.
Lula da Silva y su esposa Rosangela da Silva, en la plaza de Tiananmen, este viernes. Foto: Handout vía Reuteres.

El brasileño, con dos presidencias encima, es un hábil jugador en el plano de la diplomacia multilateral. Lula fue enfático en su rechazo a la idea de armar a las tropas ucranianas y, al igual que el presidente chino, se opone al uso de sanciones económicas. 

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La semana pasada, el líder chino recibió al presidente francés, Emmanuel Macron, y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El abroquelamiento de los países europeos en contra de la actitud rusa en Ucrania no impide al mismo tiempo que muchos mandatarios hagan negocios y firmen proyectos en conjunto con China, socio natural de Rusia. Se espera en los próximos días la reunión de Xi con el presidente español, Pedro Sánchez.

En el plano económico, Xi y Lula han presidido esta tarde la firma de 14 acuerdos para estrechar la cooperación en áreas como las energías renovables, la industria automovilística; la agroindustria, las líneas de crédito verdes, las tecnologías de la información, la sanidad y las infraestructuras. 

Lula habló públicamente el jueves en Shanghái, donde asistió a la toma de posesión de la exmandataria brasileña Dilma Rousseff, como presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS. La entidad financiera fue creada en 2014 por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica con la aspiración de servir de alternativa a organismos internacionales tradicionales como el Fondo Monetario Internacional. Allí, entre otras cosas, Lula da Silva cuestionó al FMI por "asfixiar" a la Argentina.