El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, asumió este domingo la presidencia del G20 con un llamado a evitar que "cuestiones geopolíticas secuestren la agenda" del bloque, y señaló su oposición a discutir el conflicto en Ucrania.

"No nos interesa un G20 dividido (...) Necesitamos paz y cooperación en vez de conflicto", añadió el líder del PT, al asumir la presidencia temporal del bloque de manos del primer ministro indio, Narendra Modi.

El mandatario brasileño anunció ante sus pares del G20 las tres prioridades de la agenda brasileña del G20: la lucha contra la desigualdad y el hambre, el combate contra el cambio climático y la reforma de las instituciones de gobernanza internacional.

Estados Unidos y algunos países europeos querían que el G20 emitiera una condena a Moscú, pero no hubo consenso, incluso, sobre la presencia de Rusia en la cumbre. El presidente ruso, Vladimir Putin, no participó en la cita de Nueva Delhi, donde fue representado por su ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov. 

Tampoco asistió en forma presencial el presidente de China, Xi Jinping. El pronunciamiento del G20, dado a conocer anoche, al final del primero de los dos días de la cumbre, denunció el uso de la fuerza para lograr ganancias territoriales, pero evitó criticar directamente a Rusia por la invasión lanzada en febrero de 2022.

En la entrevista de ayer, el mandatario brasileño aseguró que Putin será invitado a la cumbre de Río de Janeiro y que no será detenido, pese a la orden de arresto en su contra emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) en marzo pasado por crímenes de guerra. "Puedo decirle que si yo soy presidente de Brasil y si él viene a Brasil, no tiene por qué ser detenido", aseguró Lula a la entrevistadora, al margen de la cumbre del G20 en Nueva Delhi.