En un sencillo texto dirigido al "Pueblo Brasilero", el ex presidente Lula rechazó negociar con los fiscales del Lava Jato una posible libertad vigilada.

El cambio de régimen carcelario correspondería por que Lula ya cumplió más de un sexto de la condena y podría solicitar un esquema de salidas laborales durante el día para regresar a la prisión en Curitiba por la noche.

Sin embargo, Lula ha preferido hacer pública su negativa a aceptar nada que no sea una revisión completa del proceso, en vistas de las revelaciones del último mes, que pusieron en evidencia la parcialidad del grupo de fiscales comandados por el entonces juez federal y ahora ministro de justica, Sergio Moro.

“Al Pueblo Brasilero: No cambio mi dignidad por mi libertad. dice el encabezado del texto manuscrito en una hoja de cuaderno.

Agrega: "Todo lo que los fiscales del Lava Jato deberían hacer es pedir disculpas al Pueblo Brasilero, a los millones de desempleados y a mi familia por lo malo que hicieron a la Democracia, a la Justicia y al País”.

Específicamente se dirige a la Corte suprema: "Ante las arbitrariedades cometidas por los fiscales y por Sergio Moro corresponde ahora a la Corte Suprema lo que está errado para que haya justicia independiente e imparcial".

La respuesta política no se hizo esperar. El presidente Bolsonaro, con su estilo directo, intentó sanjar la cuestión diciendo: "Es el derecho de él quedarse preso allá; si quiere quedarse preso, que se quede”.

Sin embargo, las repercusiones del caso escalan a medida que se conocen más detalles sobre la forma en que fue orientado el proceso para lograr una condena independientemente de las pruebas y resguardando a otras personalidades políticas como el ex presidente Fernando Henrique Cardoso.

"Quiero que sepan que no acepto negociar mis derechos ni mi libertad" agrega Lula en otro párrafo de la carta que cierra diciendo: "Tengo plena conciencia de las decisiones que tomé en este proceso y no descansaré hasta que la Verdad y la Justicia no vuelvan a prevalecer".