Más que un proyecto presupuestario, el documento presentado este lunes por la Administración de Donald Trump parece un compendio de promesas electorales, a diez meses de las presidenciales de noviembre. 

Las cuentas presentadas por la Casa Blanca para el año fiscal 2021 (que empieza en octubre de este año) recogen un aumento del gasto militar y de seguridad, siempre eufemísticamente denominado Defensa, mientras abordan importantes recortes en programas sociales, como las ayudas a la vivienda, a la alimentación y en el programa de asistencia médica Medicaid.

Con el pomposo título A budget for America's future ("Un presupuesto para el futuro de América"), el plan presupuestario de Trump suma unos 4,8 billones de dólares e incluye cerca de 750.000 millones en gasto en defensa. Para cumplir su promesa de lograr que el hombre vuelva a pisar la luna en 2024, la partida para la NASA crece un 12% y para el Departamento de Veteranos el presupuesto aumenta un 13%. La Administración de Donald Trump abandona su propósito de eliminar el déficit en los próximos 10 años y ahora confía en alcanzar este objetivo en 2035.

El recorte de impuestos ha tenido un considerable impacto sobre el déficit, que se estima que superará el billón de dólares a fines de septiembre, hasta el 4,7% frente a la media del 2,7% de los últimos 50 años.

El equipo de Donald Trump afirma que la economía crecerá más de lo previsto por los analistas y calcula que el PIB aumentará a un ritmo del 3% anual si se implementan los planes presidenciales, lo que permitiría aumentar los ingresos fiscales, algo que no se logró de manera consistente en más de una década y que no se ha visto en una economía después de 11 años consecutivos de crecimiento. De hecho, el proyecto extiende las rebajas fiscales que aprobó en 2017 (suman 1,5 billones de dólares) y que debían concluir para 2025.

A cambio, el proyecto recorta gastos por 2,2 billones de dólares en la próxima década, especialmente en la partida de ayuda al exterior (-21%), vivienda (-15%), la Agencia de Protección Medioambiental (-26%),  y programas sociales domésticos, incluidas ayudas para discapacitados y personas sin hogar. En total, el gasto no militar se reduciría un 5%.

No parece posible, en todo caso, que tal y como están las relaciones entre demócratas y republicanos y después del fiasco del impeachment, Trump logre que el Congreso apruebe su proyecto. Incluso en el Senado, donde los republicanos tienen mayoría, las leyes de gasto exigen apoyo de los dos partidos.

En opinión del mandatario, el presupuesto dibuja la senda para “un futuro de dominio y prosperidad americano”. “Existe un optimismo que no había antes de que 63 millones de americanos me pidieran que trabajara para ellos y limpiara esta ciénaga”, ha asegurado el dirigente. “Durante décadas, las élites de Washington le han dicho a los ciudadanos que no tenían otra opción que la de aceptar el estancamiento, la decadencia y el declive. Hemos demostrado que se equivocaban. Nuestra economía vuelve a ser fuerte”.

Según los demócratas, el presupuesto recorta miles de millones de dólares del programa federal de atención de la salud (Medicare), con reformas a los precios de los medicamentos y nuevos requisitos para otorgar cupones de alimentos y beneficios por incapacidad.

La líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aseguró que "una vez más, el presidente muestra lo poco que valora la salud, la seguridad financiera y el bienestar de las familias americanas que trabajan duro”. "Año tras año, el presupuesto del presidente Trump ha tratado de infringir recortes devastadores a las ayudas en las que millones de estadounidenses confían".
La batalla electoral 2020 ha comenzado.