El exprimer ministro italiano, Silvio Berlusconi, falleció este lunes en un hospital de Milán a causa de complicaciones por una leucemia mielomonocítica crónica que padecía desde hace tiempo.

El político y empresario había sido internado el pasado viernes en la unidad de cuidados intensivos, por una infección pulmonar.

La salud de Berlusconi había empeorado en estos últimos meses y la preocupación aumentó en las últimas horas.

La leucemia mieloide crónica es una forma de cáncer de la sangre que puede aparecer sobre todo en personas mayores de 60 años y los médicos precisaron entonces que se estaba sometiendo a "tratamiento citorreductor especializado" y a quimioterapia.

Política, Medios, mafia, fútbol y empresas

Berlusconi, apodado “Il Cavaliere”, fue primer ministro italiano en tres ocasiones, con récord de permanencia en el cargo, empresario de la construcción, magnate de las telecomunicaciones, presidente del fútbol italiano.

Polémico, discutido, amado y odiado, siempre buscó la fama y se jactaba de alcanzar lo que se proponía, aunque fuese pagando.

Fue un personaje multifacético, en su juventud perteneció a la logia P2, la organización clandestina liderada por Licio Gelli que buscaba subvertir el Estado italiano. Tuvo vínculos con la mafia; en los años 70, Vittorio Mangano, un asesino múltiple afiliado a la Cosa Nostra, trabajó en una de sus mansiones. Marcello Dell’Utri, su histórico brazo derecho, fue condenado en 2014 por ser el mediador entre la mafia y el propio Berlusconi.

En 1987 compró el Club Milan y supo aprovechar el 'Calcio' para aumentar su reputación. Ganó todo lo que se podía ganar, triunfo todo lo que se podía triunfar y se hizo todo lo famoso que se podía hacer. Aprovechó esa fama para, después, entrar en política.

En los años 90 ingresó en la política y aprovechó el “Mani pulite”, el escándalo de corrupción que embistió al líder socialista Bettino Craxi. Fundador del partido “Forza Italia”, inauguró en ese país una nueva manera de hacer política mesclando el partido y la empresa de publicidad. 

Berlusconi se presentó en las elecciones de 1994, con la promesa de realizar una “revolución liberal” y frenar el supuesto avance de los “comunistas”.

Detrás de los discursos, buscó también proteger sus intereses empresariales y evitar posibles investigaciones. Fue el comienzo de un conflicto de intereses que marcó toda su carrera política y una época en la democracia italiana.

Tras haber logrado evadir decenas de acusaciones y juicios en su contra y pese a un sinfín de leyes aprobadas por sus Gobiernos para evitar los múltiples juicios en los que se encontraba imputado, en 2013 fue condenado por primera vez por fraude fiscal. Cumplió su pena en forma de servicio a la comunidad.

Fuentes: semana.es/ marca.es / infobae.com