La legislatura estatal de Nueva York aprobó un proyecto de ley que permitirá el compostaje humano. La medida entrará en vigor 90 días después de que la gobernadora del estado, Kathy Hochul la promulgue con su firma. Nueva York sigue así los pasos legales dados ya por Washington, Colorado, Vermont y Oregón en relación a esta práctica.

El proceso, conocido como reducción orgánica natural, utiliza un contenedor para acelerar el proceso de descomposición biológica, convirtiendo los restos humanos en suelo. 
Los defensores del proyecto de ley dicen que no solo es mejor para el medio ambiente sino que además es más económico que los entierros tradicionales. 

La visita de algunos sitios web de los estados en dónde ya se ofrece el servicio (que algunos llaman “terramación”) muestran valores entre 4500 y 7000 dólares para los servicios estándar que incluyen transporte, el propio proceso, orientación, trámites requeridos y devolución del suelo a la familia o donación a sitios habilitados. 
Según el sitio de Lincoln Heritage un “entierro tradicional” cuesta en Estados Unidos entre 7 y 12 mil dólares y uno con servicio de cremación entre 6 y 7 mil dólares.

En un artículo publicado en el sitio web Spectrum News el senador estatal demócrata Leroy Comrie, uno de los promotores del proyecto de ley dijo: “Nos complace ser uno de los primeros estados del país en hacerlo; este es un proceso ecológico en comparación con otras opciones”.

Según el proyecto, los deudos podrán disponer del abono creado a partir de los restos de su ser querido y utilizarlo en terrenos privados. No se recomienda para jardinería o plantaciones, dijo Comrie: “Puedes ponerlo en cualquier lugar que no sea público, que no sea algo que vaya a ser reutilizable o algo de lo que la gente vaya a comer o beber”, señaló el legislador.

El proceso

Para completar el proceso, el cuerpo se coloca dentro de un recipiente sobre un lecho de materia orgánica con la que se cubre por completo, por ejemplo, astillas de madera. En algunos servicios, los familiares pueden agregar ofrendas florales como parte de la ceremonia, siempre materiales orgánicos, que se reducirán también en el proceso.

A partir de ahí, el contenedor se sella herméticamente mientras se controla regularmente la temperatura y la humedad dentro del recipiente. Luego, el contenedor se rota periódicamente en el transcurso de varias semanas a medida que los microbios comienzan el trabajo de descomponer los restos.

El proceso total lleva alrededor de 6 semanas y produce un peso variable de tierra, que ocupa menos de un metro cúbico. En general los servicios permiten a los deudos disponer del compost producido; la alternativa es donarlo para disposición en bosques y en iniciativas de recuperación de suelos.

Algunos servicios ofrecen la opción de llevarse a casa los tres tambores de tierra que produce el proceso. Imagen: herlandforest.org

Los defensores del sistema argumentan que la reducción orgánica natural o “compostaje humano” permite a los habitantes de la ciudad que no tienen acceso a grandes extensiones de tierra aprovechar un entierro verdaderamente ecológico.
Creen que el público tardará algún tiempo en acostumbrarse, pero terminará siendo valorado como una opción importante para aquellos comprometidos con la reducción de su huella de carbono.

Voces en contra

Pese a que la cita bíblica del título no deja dudas respecto al destino final de los seres humanos, la Iglesia Católica se opone al proyecto de ley.

La Conferencia Católica del Estado de Nueva York se manifestó decepcionada por la aprobación de la legislación de compostaje humano. Según Dennis Poust, director ejecutivo de la Conferencia Católica del Estado de Nueva York: "En pocas palabras, no creemos que este proceso trate al cuerpo humano con la dignidad que merece.”
El comunicado oficial señala textualmente que el método “es más propio para recortes de vegetales y cáscaras de huevo que para cuerpos humanos”.