El río Amazonas alcanzó su nivel más bajo en más de un siglo debido a una sequía sin precedentes. Esta situación está trastornando la vida de cientos de miles de personas y causando graves daños al ecosistema selvático. La rápida disminución de los afluentes del Amazonas agravó la situación, dejando embarcaciones varadas y cortando el suministro de alimentos y agua a pueblos remotos.

Las altas temperaturas del agua, producto de la sequía, se sospecha que son la causante de la muerte de más de 100 delfines de río en peligro de extinción. 

El puerto de Manaus, la ciudad más poblada de la región y ubicada en la confluencia de los ríos Negro y Amazonas, registró el lunes un nivel de agua de 13.59 metros (44.6 pies), en comparación con los 17.60 metros del año anterior, marcando así el nivel más bajo desde que se tienen registros en 1902 y superando el mínimo histórico registrado en 2010.

La falta de lluvias durante meses dejó a comunidades ribereñas como la de Santa Helena do Ingles, al oeste de Manaus, en una situación preocupante. Pedro Mendonca, habitante de esta comunidad, expresó su alivio cuando una organización no gubernamental brasileña entregó suministros a su comunidad a fines de la semana pasada. 

"Hemos pasado tres meses sin lluvia aquí en nuestra comunidad. Es mucho más caluroso que en las sequías anteriores", lamentó Mendonca.

El Centro de Alerta de Desastres del gobierno brasileño, Cemaden, informó que algunas áreas del Amazonas registró la menor cantidad de lluvias entre julio y septiembre desde 1980. El Ministerio de Ciencia de Brasil atribuye esta sequía al fenómeno climático de El Niño, que generó patrones climáticos extremos en todo el mundo. 

Se espera que esta sequía se prolongue hasta diciembre, cuando se prevé que alcance su punto más crítico. Hasta el lunes, se estima que la sequía afectó a 481,000 personas, según la agencia de defensa civil del estado de Amazonas. 

Nelson Mendonca, líder comunitario en Santa Helena do Ingles, expresó su preocupación por la difícil situación. Aunque algunas áreas aún son accesibles en canoa, muchos barcos no pudieron llevar suministros por el río, lo que obligó a recurrir a medios terrestres para el transporte de bienes. "No es muy bueno para nosotros, porque estamos prácticamente aislados", lamentó.