La República Democrática del Congo (RDC) activó este martes la respuesta contra un nuevo brote de ébola en el noroeste del país, mientras en el noreste persiste la epidemia de esa enfermedad contagiosa que ha causado más de 2.200 muertos. El segundo brote, declarado este lunes en Mbandaka, capital de la provincia de Ecuador, empeora la ya delicada situación sanitaria de este país centroafricano, que combate actualmente la pandemia de Covid-19 (72 muertes y 3.326 contagios) y el peor brote de sarampión del mundo (6.779 muertes y 369.520 casos), entre otros males.
"Esto es un recordatorio de que la Covid-19 no es la única amenaza sanitaria que afronta la gente", subrayó el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un comunicado.

TRES MILLONES EN RIESGO
La epidemia en Mbandaka, una ciudad muy comercial de más de un millón de habitantes a orillas del río Congo y a unos 600 kilómetros de Kinshasa, ha causado ocho casos y cuatro muertos desde que se notificaron los contagios este 11 de mayo, según el Comité Nacional Multisectorial de la Respuesta contra el Ébola (CMRE) de la RDC. El coordinador nacional del CMRE, el profesor Steve Ahuka, confirmó hoy a Efe ese número de fallecidos.
"Estas son muertes comunitarias. Por lo tanto, debemos buscar sus contactos para circunscribir la enfermedad y eso es lo que estamos abordando", indicó a Efe Ahuka por teléfono, al matizar que van a "enviar equipos de Kinshasa para que apoyen al de Mbandaka".
La OMS ya cuenta con personal sobre el terreno para atajar la epidemia en esa ciudad, sacudida de mayo a julio de 2018 por el noveno brote de ébola que ha sufrido el país (54 contagios y 33 muertos), al que siguió en agosto de ese año el décimo en el noreste, aún activo a más de 2.000 kilómetros de distancia.
Sin embargo, la agencia de la ONU tiene previsto desplegar hoy a "25 personas más", toda vez que el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef) ha anunciado la movilización de 36 especialistas para apoyar a las comunidades locales.
Médicos Sin Fronteras (MSF), por su parte, evalúa la situación, si bien cree que "es demasiado pronto para decidir una intervención de emergencia en la zona sanitaria afectada", según confirmó esta ONG en un comunicado. Pese a los esfuerzos para contener el virus en Mbandaka, supone una "muy mala noticia" porque "llega en el peor momento, ya que el país está luchando contra una pandemia de COVID-19 y una epidemia de ébola en el este", aparte del brote de sarampión, afirmó hoy a Efe el jefe de Operaciones de Emergencias de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) en la RDC, Robert Ghosn.

IMPACTO HUMANITARIO
"Estamos muy preocupados por las consecuencias humanitarias (...). El impacto sanitario, económico y social de esta triple amenaza de la Covid-19 y los dos brotes de ébola para millones de personas en la RDC puede ser enorme", subrayó el responsable de la FICR en declaraciones a Efe por correo electrónico.
En opinión de Ghosn, "contener brotes de enfermedades epidémicas es siempre un desafío. No hay atajos ni soluciones fáciles. Se requieren esfuerzos masivos de participación comunitaria para garantizar que los más vulnerables y los más expuestos estén protegidos".
Además, como advirtió hoy el Comité Internacional de Rescate (IRC, en sus siglas inglesas), "Mbandaka es un centro de transporte y comercio, con el riesgo de propagación de la enfermedad más allá de los 1,2 millones de personas que viven en la ciudad". Si al coronavirus y los dos brotes de ébola se suma "el brote de sarampión más virulento del mundo", el resultado es una "cuádruple amenaza que podría resultar letal para millones de niños y sus familias", alertó hoy la organización humanitaria World Vision. Mientras se abre ese nuevo frente de batalla sanitaria en Mbandaka, tres provincias del noreste -Kivu del Norte, Itiru y Kivu del Sur- han sufrido el embate del ébola, que desde el 1 de agosto de 2018 ha provocado en esa zona 2.280 muertos, 3.463 casos y 1.171 supervivientes, según las últimas cifras aportadas por la OMS.
El pasado 15 de mayo, la RDC dio el alta al último paciente ingresado con ébola en el noreste del país y las autoridades esperan poder proclamar el fin oficial del brote a fin de junio, siempre que transcurra un plazo de 42 días sin nuevos casos.
No obstante, las autoridades deben continuar muy atentas sobre el terreno en las próximas semanas por si aparecen nuevos contagios.

EL PEOR BROTE DE LA HISTORIA
Si una vez transcurrido un plazo de 42 días desde el alta de este último paciente no se detectan nuevos casos, la RDC podrá declarar el fin oficial del brote, de acuerdo con las pautas de la OMS. Ya en abril pasado, cuando el país estaba a tan solo tres días de cumplir el plazo requerido, un nuevo positivo obligó a posponer el anuncio y, desde entonces, el rebrote dejó cuatro muertos.
El control de la epidemia en el noreste, asimismo, se ha visto obstaculizado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la gran inseguridad en la zona, donde actúan decenas de grupos armados. Este brote es la peor de la historia de este país y el segundo más grave a nivel mundial tras el que asoló África occidental de 2014 a 2016, que ocasionó 11.300 muertes y más de 28.500 casos, aunque la OMS sostiene que esos datos pueden ser conservadores.

La enfermedad, descubierta precisamente en la RDC en 1976 -entonces llamada Zaire-, se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados. Esta fiebre causa hemorragias graves y puede alcanzar una tasa de mortalidad del 90%. Sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos.