La comisionada para los derechos humanos del Parlamento ucraniano, Lyudmila Denisova, denunció a través de su canal de Telegram que Rusia montó un campo de detención en la región de Penza, al sudeste de la capital de ese país, y que allí tienen retenidos a 400 residentes de la ciudad de Mariúpol que fueron deportados forzosamente de Ucrania. Además, la funcionaria agregó que se espera que se agregue un grupo de 150 personas más.

"Hoy tuve una conversación con ciudadanos rusos que apoyan a Ucrania. Reportaron sobre un campamento en la región de Penza donde los residentes de Mariúpol son llevados a la fuerza", arrancó Denisova. Entre la información que brindó, la funcionaria también dio detalles de cómo sería ese campo de detención: "Es una estructura cerrada con varios edificios, rodeada por una cerca y monitoreada, con un puesto de control en la entrada. La libertad de movimiento de nuestros ciudadanos está limitada: está prohibido salir del campo".

"Hay en su mayoría mujeres y 147 niños de todas las edades, incluidos bebés", puntualizó Denisova.

La encargada de derechos humanos del Parlamento ucraniano indicó que los detenidos "se encuentran en un estado extremadamente difícil" y que están "deprimidos". "No saben su destino, cuándo y a qué región de la Federación Rusa serán llevados. No se les proporciona ninguna información", anunció la ombudsman.

La información que proporcionó Ucrania es que estas personas están allí desde hace varias semanas, con carencias de ropa, zapatos y hasta de ropa interior, y que sufren la escasez de comida y artículos de higiene personal.

Los activistas rusos pro-Ucrania que le contaron a Denisova sobre este campo de detención añadieron que también hay estudiantes extranjeros de Turkmenistán, que llegaron desde Mariúpol a la región de Donetsk por su cuenta y luego fueron llevados por la fuerza a Rusia. A diferencia de los ucranianos, se les permite salir del territorio del campamento.

Los activistas informan que los ucranianos están siendo reubicados a la fuerza en varias regiones de la Federación Rusa, incluida Khabarovsk.

"La deportación forzosa y la privación de nuestros ciudadanos de sus derechos fundamentales a unas condiciones de vida dignas, la libertad de circulación y la información es una grave violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales y el Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra de 1949”, subrayó Denisova, quien solicitó la intervención del Comité Internacional de la Cruz Roja y pidió asistencia humanitaria inmediata para esos detenidos.