El Centro de Predicción del Clima Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos y la Oficina Meteorológica Británica advirtieron algo inquietante: la Tierra puede ser víctima de un "ciclo de actividad máxima" por parte del Sol, "lo que significa que las las manchas solares y las erupciones serán cada vez más constantes".

Ocurre que el mayor astro luminoso de nuestro sistema ingresó en un ciclo de fuerte actividad, con erupciones constantes. Eso significa que puede haber "bombazos" con repercusiones en la Tierra, en forma de tormenta solar.

Según se detecte,  es posible que ello prevenga en los próximos días, ya que la actividad solar "se prevé algo inestable, con tormentas geomagnéticas " leves y moderadas".

El sol comenzó un ciclo de intensa actividad, con explosiones que podrían causar "bombazos" y afectar la Tierra. Foto: NASA
El sol comenzó un ciclo de intensa actividad, con explosiones que podrían causar "bombazos" y afectar la Tierra. Foto: NASA

La intensa actividad magnética del Sol provoca violentas erupciones de plasma que viajan por el espacio a increíbles velocidades. La atmosfera solar esta compuesta por unos gases que están totalmente ionizados por las altas temperaturas a las que están, lo que les convierte en unos perfectos conductores de las corrientes eléctricas.

Las descargas, que conocemos como tormentas solares, pueden manifestarse como fulguraciones, como eyecciones coronales de masa (CME, por sus siglas en inglés) o las dos a la vez; y esas manifestaciones pueden tener consecuencias sobre el entorno del Sistema Solar.

Qué pasaría en las redes de energía eléctrica, las radiocomunicaciones y los satélites

La principal consecuencia de las tormentas solares es la aparición de auroras boreales, que podrían verse en altitudes inusuales. Pero los científicos advirtieron que se pueden llegar a dañar las redes eléctricas y transformadores, interferir con los satélites, interrumpir las comunicaciones de radio y producir auroras mucho más al sur del planeta de lo habitual.

Las más afectadas son las ondas de radio de alta frecuencia y los sistemas GPS. También las comunicaciones de radio de vuelos comerciales o cruceros pueden tener problemas durante los eventos de absorción en los polos causados por los protones solares.

Los expertos aseguran que algunos satélites podrían ser dañados por las tormentas solares. Foto: NASA
Los expertos aseguran que algunos satélites podrían ser dañados por las tormentas solares. Foto: NASA

Incluso, algunos especialistas, como Abdu Jyothi de la Universidad de California, hablan sobre un "Apocalipsis de Internet": si la tormenta tiene la suficiente intensidad, podría dañar los cables submarinos que unen la red global de fibra óptica a través de los repetidores eléctricos que la alimentan. Las consecuencias podrían durar meses, asegura Jyothi.

Millones de puestos de trabajo dependen actualmente de la infraestructura de comunicaciones entre satélites, cables y antenas de electricidad. La red de transportes, los sistemas bancarios, e incluso servicios de emergencias dependen de esta tecnología.

Internet se ha convertido en un recurso indispensable para muchísimos trabajos. Foto ilustrativa Ámbito
Internet se ha convertido en un recurso indispensable para muchísimos trabajos. Foto ilustrativa Ámbito

Las secuelas sobre lo que no es silicio y cables parecen de momento ser menos drásticas, pero sí es cierto que se han registrado algunas consecuencias en astronautas, como una sensación de quemazón en los ojos al afectar a las retinas de los tripulantes de la nave Atlantis en 1989.

El Centro de Clima Espacial reportó varios eventos explosivos que estuvieron ocurriendo en el Sol en los últimos días, con incidencia en la Tierra. Por ejemplo, se detectaron auroras en el sur de Alaska; en Nueva York; en Vermont; en New Hampshire y en Maine.

Las tormentas geomagnéticas se clasifican en una escala del 1 al 5, siendo 1 la más débil y 5 la que tiene el mayor potencial de daño. Las tormentas de nivel 2 o G2 son moderadas y no representan un peligro para los humanos.

Fuentes: abc.es, clarín.com, ambito.com