Son plantas tropicales y subtropicales de la familia de las Moráceas, que se adaptan muy bien al clima mediterráneo.

Son muy comunes y de fácil mantenimiento y tienen la virtud de que se las puede mantener sin dificultad en espacios interiores de viviendas y oficinas. 

Estas son plantas con follaje permanente y los colores principales son el verde brillante, el verde oscuro (ficus negro), y el verde claro variegado o disciplinado. 

Duran muchos años con los cuidados adecuados de nutrición, riego y fumigación, y es muy común verlos en macetas y jardines protegidos.

Como toda planta de climas cálidos es vulnerable a las heladas, y también es dañada cuando se la coloca cerca de fuentes de calor como estufas o cocinas donde el ambiente es muy seco. La temperatura ideal para el Ficus va entre los 18 y 22 grados.

La plaga que suele atacarlos son los pulgones. Deberás observar sus hojas y tallos y si aparecen estos bichitos tendrás que fumigarla con Cipermetrina

En los viveros se consiguen en macetas plásticas plantas de 50 cm  y de 1 metro, y en algunos casos llegan ejemplares de hasta dos metros de altura con abundante follaje. 

Por último recomiendo cuidado especial con el riego. Dos veces a la semana es lo adecuado en verano y una en invierno. A diferencia de la mayoría de las plantas, a esta si te recomiendo el platito debajo de la maceta con agua permanente.