En un contexto sociocultural que se encuentra normativizado por relaciones heterosexuales y monogámicas, como lo es la sociedad occidental, ser monógamos/as es parte de las construcciones dominantes de la época, entre las que también encontramos a los estereotipos de género y los roles que nos adjudican culturalmente a unos y a otras.

En este sentido, es necesario destacar, que como toda construcción social, esta va modificándose dependiendo el tiempo y locaciones, con lo cual significa que nosotros y nosotras podemos cambiarlo.

La prosecretaria de género, diversidad y feminismos de la Facultad de Psicología de la UNC e Investigadora del Conicet, Débora Imhoff, charló en “Ciudad U”, el programa magazine de Canal U y reflexionó acerca de los tipos de relaciones, la razón de los celos en la pareja, y explicó por qué al referirnos al poliamor, se tiende a pensar en esta forma de amar como algo inviable.

“Las nuevas formas que adquiere el amor, y las nuevas formas en las que amamos están marcadas históricamente, por un tiempo y por una cultura, ya que las formas del amor son distintas en diversos espacios”, comenzó Imhoff.

“Sin dudas que la monogamia en nuestras latitudes, tiene una impronta muy fuerte y se presenta como una opción incuestionable. El punto no está solo en la monogamia como forma de relación entre dos personas, sino en toda una serie de construcciones que se dan alrededor de ella, en torno a cuáles deberían ser los roles de unos y otras, y que se conciben como obligatorias”, explicó la investigadora.

Débora Imhoff - Psicóloga y Doctora en Psicología (UNC). Investigadora CONICET, Docente y Pro-secretaria de Género, Diversidad y Feminismos de la Facultad de Psicología.
Débora Imhoff - Psicóloga y Doctora en Psicología (UNC). Investigadora CONICET, Docente y Pro-secretaria de Género, Diversidad y Feminismos de la Facultad de Psicología.

Así mismo, la prosecretaria del área de género, diversidad y feminismos de la Facultad de Psicología de la UNC, aclaró que si bien existen estas nuevas formas de vínculo sexo-afectivas, esto no significa que todos/as debamos ir hacia esas formas.

En ese sentido, señaló: “Aquí lo interesante es poder distinguir que son formas aprendidas y culturales, y que por tanto no tenemos que repetirlas porque sí, si sentimos que no estamos siendo contenidos o no nos gustan, ni nos satisfacen. No tiene que haber una obligatoriedad. Entonces, fugar de la monogamia no tiene por qué ser un destino, ni la opción obligada para todas y todos, pero sí me parece interesante promover una fuga masiva de ciertas formas del “amor” que son las que propone el patriarcado: un amor dependiente, posesivo, en el cual se entiende que el otro u otra es de tu propiedad. El abandono de esas formas sí me parece un horizonte interesante para todas y todos, creo que nos haría más felices y cimienta la posibilidad de erradicar ciertas violencias de género”.

¿Cómo amamos?

Se trata de una pregunta disparadora, y un interrogante que pone en reflexión las maneras y las formas en que nos relacionamos afectivamente con otras personas. La psicóloga Débora Imhoff fue muy clara en este sentido, y comentó: “Esta pregunta cuestiona las formas patriarcales que tiene el amor, que pueden ser co-dependientes, posesivas”.

¿Qué sucede con el amor romántico?

En estos debates sobre el amor y el sexo en la contemporaneidad, aparece con fuerza la crítica al amor romántico. Al respecto, Imhoff indica que: “Las feministas cuando hablamos de esto, criticamos al amor romántico, y yo creo que ahí hay un problema, porque la categoría de amor no hay que renunciarla. Debemos abandonar las formas violentas que comprenden esas actitudes posesivas, dependientes y violentas, que no son amor, sino que deberíamos llamarlas de otra manera. Tampoco son románticas”.

En ese sentido, la psicóloga explicó: “Lo que la gente tiene en su cabeza cuando hablamos de lo romántico, es la turnura, la dulzura, el gesto amable y cuando criticamos al amor romántico, no estamos criticando eso. No estamos diciendo que hay que abandonar eso, sino estas formas encorcetadas, codependientes, celotípicas, que no tiene que ver mucho con el amor en realidad”.

En su cuenta de Instagram @deboraimhoff7, la Doctora en Psicología e investigadora, publicó tres cuestiones interesantes para reflexionar sobre las dudas que pueden surgir a lo largo de una relación.

¿Funciona salir de la monogamia?

A veces nos pasa que conocemos a alguien que tuvo una experiencia no monógama, y le fue mal, y eso ya nos lleva a bajarle el pulgar a la idea. Lo cierto es que en las relaciones monógamas también en muchas ocasiones las cosas salen mal. Somos socializados/as en esa forma de amar desde que nacemos y, aun así, puede pasar que las cosas salgan mal, que terminemos con el corazón roto.

¿Es el poliamor una nueva forma de amar?

¿Por qué debería ser distinto en otras formas del amor?

Generalmente tenemos miedo a lo desconocido, y ese miedo nos guía a hacer evaluaciones incorrectas. Pero debemos saber que existen otras formas de amar, otras maneras de vincularnos, aun cuando elijamos no elegirlas.

“Si tenemos una relación no exclusiva, ya no me cela. Si no me cela, no me quiere”.

El mito del amor romántico nos enseñó que los celos son una manifestación del amor. Sabemos que no es así. Entonces, si avanzamos hacia formas de relación no exclusivas, si ya nadie siente celos de que otro/a pueda amarte o desearte, eso a veces genera la sensación de que entonces ya no te quieren, o no te desean. Son todas concepciones erróneas.