A sus 27 años, el nadador chino Sun Yang colecciona tantas medallas dentro de la piscina como críticas fuera de ella. En los Juegos Olímpicos de Londres 2012 se transformó en el primer campeón olímpico de su país: su currículum incluye otras cinco preseas olímpicas. Y 11 títulos mundiales.

El último lo consiguió el pasado martes en los 200 metros libres, y luego de una carrera repleta de polémica. Por un lado, porque el más veloz de la carrera, el lituano Danas Rapsys, fue descalificado.

Por otro, porque lo que ocurrió en la ceremonia de premiación forzó a la Federación Internacional de Natación (FINA) a modificar el código de conducta de los nadadores.

"Sos un perdedor. ¡Yo gané!", le espetó Yang al británico Duncan Scott, quien se había negado a compartir el podio con el chino pese a tener colgada en el pecho la medalla de bronce. Scott no posó para los fotógrafos. Y ni siquiera le dio la mano a Yang. ¿La razón? Lo consideran un tramposo, un atleta que se dopa para conseguir mejores resultados.