En invierno los dejamos de lado las frutas para consumir otros alimentos más calóricos.

Uno de los factores sería el frío, que impulsa a preferir comidas calientes por sobre otras preparaciones.

Estos alimentos no deben dejar de incluirse en la dieta diaria, ya que la cantidad en vitaminas y minerales que proporcionan, son esenciales para fortalecer el sistema inmune y mantener las típicas enfermedades invernales a raya.