Muchos analistas políticos comparan a Macri con Bolsonaro y tratan de leer la elección de Brasil para evaluar el futuro de la derecha en la Argentina y en la Región. Pero la derecha neoliberal aquí no es neofascista y Macri no es Bolsonaro. En Brasil los nuevos nazis han ganado las calles, son hábiles con las redes sociales, están aliados con muchos grupos evangélicos marginales y cuentan con grupos parapoliciales bien organizados y activos. Macri y Larreta aún están lejos de ése camino. 

El gobierno de Macri creó una crisis estructural en la economía Argentina que retrasó y lesionó a la Industria. Con la deuda que contrajo y fugo, dejó a Argentina limitada a ser sólo productora de materias primas y productos agrícolas. Esto incremento la pobreza y la descomposición social. El gobierno de Fernández ha resultado muy tibio a la hora de dar respuestas al malestar social. La izquierda se ha vuelto tan cómoda en el gobierno, que no da contención social suficiente. Por eso crecen las posturas duras de la ultraderecha. 

El odio impulsado desde el poder económico y administrado por los medios hegemónicos y las redes sociales, está generando una alianza entre los hiper ricos y los más indigentes, paradójicamente. Esto influye en los sectores medios también que se sienten atraídos por los discursos duros de la ultraderecha. Por eso niegan o no repudian el atentado contra Cristina. La derecha burguesa es muy irresponsable y aún no advierte que después los fascistas también irán por ellos. 

La derecha tiene condiciones a favor. Cuenta con apoyo de una parte de la sociedad, medios de comunicación, beneplácito de la Embajada, tiene muchos parlamentarios y cuenta con parte del poder judicial. Su principal problema es que aún no dirimen sus liderazgos y eso les genera enfrentamientos internos y cierta debilidad. Los sectores progresistas cuentan con el aparato del gobierno pero no lo utilizan para producir poder y esto los hace vulnerables frente al avance del neofascismo. 

A la luz del avance de la derecha y de la ultraderecha lo que deberían hacer Cristina, Alberto y sus aliados, es tomar las grandes medidas y acciones pendientes. Enfrentar al poder real y recién después, desde posiciones de fuerza y de conflicto, buscar acuerdos con los sectores del centro democrático. Pero estamos lejos de semejante osadía. Lo que sí nos enseña Brasil es que todo va a cambiar rápidamente. La izquierda deberá fortalecerse mucho para poder neutralizar a la ultraderecha. Sí no lo hace rápido, poco espacio quedará para los moderados en la Argentina.

Hay poco espacio para los moderados, opinión de Álvaro Ruiz Moreno