Lo que se vivió ayer en Córdoba, y se replicó en casi toda la Argentina y las principales ciudades del mundo, no fue un espejismo, sino la más clara y pura representación de una realidad que a todos y a todas nos debe ocupar: el cambio climático y el calentamiento global vienen en serio, no son un delirio, ni mucho menos un invento como algunos descalificadores seriales quieren instalar.

En lo que fue la marcha por la ciudad de Córdoba, hay muchísimas cosas buenas por resaltar: primero, hay un montonazo de agrupaciones ambientalistas que con amor verdadero por la Pacha están accionando para revertir las cosas y exhortar a la consciencia individual y colectiva para que la previsión del colapso ambiental de cara a 2030, sea lo menos brava posible.

La marcha que recorrió el planeta

Segundo, al frente de la movilización estaban esos pibes, esas pibas, portando carteles de Jóvenes por el Clima, Alianza por el Clima, Fundación Tierra Viva, Eco House y Agenda Ambiental (las cinco orgas convocantes), y detrás de ellas, se enfilaban cientos de otras asambleas, cooperativas de trabajadores, movimientos estudiantiles y, lógicamente, partidos políticos (que merecen un párrafo aparte).

Tercero, una multitud de gente, generando una muy colorida la movilización, que a cada paso se detenía para lanzar desde un improvisado carro propalador móvil, algunas consignas como “no hay planeta B”, “hay más plástico que sentido común”, “si la tierra arde, ardemos todos”, “sin cartoneras o carreros no hay reciclado”, que luego se profundizaron en el acto sobre plaza Agustín Tosco, donde a su vez se leyeron innumerable cantidad de adhesiones. 

La marcha que recorrió el planeta

Ausencias y egos

Algunas ausencias llamaron la atención. La gente de la Municipalidad de Córdoba, el Ente Bio Córdoba y todo lo que circunda su alrededor, por todo lo que vienen haciendo (y difundiendo en las redes respecto al laburo ambiental), brillaron por su ausencia. Aún no se entiende, a ésta altura de las circunstancias, por qué no asoman la cabeza a éste tipo de movidas funcionarios y figuras clave del escenario político que está al frente de los Estados. No para la mera propaganda o el figureo, sino para demostrar que están de éste lado, del lado de la causa por salvaguardar a Madretierra y apoyar estas manifestaciones tan genuinas.

Y en una línea similar, hay que detenerse mínimamente en el comportamiento de algunos partidos políticos, que había bastantes, pero que sólo un sector no entendió el profundo sentido de la movida. Si hay cinco grupos ambientalistas que están convocando en Córdoba a una marcha de características mundiales, amerita apoyarlos, acompañarlos y escucharlos, no hacer una especie de acto paralelo, metiendo un sonido que tape el sonido de quienes son legítimos convocantes. Parte de esos sectores se jactan de ser "ecosocialistas", pero es toda una paradoja "cortarse solos" en una convocatoria mundial, abierta.

La marcha que recorrió el planeta

Derribar grietas

Quienes todavía no advierten el mensaje que se está lanzando a nivel planetario, se están perdiendo una oportunidad histórica de derribar grietas, porque el llamado de la Tierra es al encuentro entendiendo que la gran causa de la humanidad es mitigar, al menos, el ambiente. Y hay una inmensa marea de gente despolitizada que adhiere a una acción altruísta, no confrontativa.

Del estigma a la dignidad

Una dedicatoria especial es la columna principal que marchó y que aportó el mayor número de asistentes: las y los trabajadores de la economía popular, cartoneros, recicladores, levantadores rústicos de la basura, esas y esos laburantes que décadas atrás eran estigmatizados por una sociedad que los ninguneaba, ahora están organizados en cooperativas, sindicatos y pymes, conformando unidades de negocio con los desechos. Allí estuvieron, no sólo marchando, sino también diciendo lo suyo en el acto, mostrándole a la ciudadanía cordobesa lo importantes que son en el cuidado del ambiente, sobre todo, en la recolección y el posterior tratamiento para la comercialización y reutilización de la basura seca.

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