El Presidente necesita generar una agenda política lo más amplia posible, para de éste modo poder encarar la negociación por la deuda. Con el Plan plurianual busca un marco mediante el cual se asegure el crecimiento y al mismo tiempo el combate a la pobreza. Parece difícil de lograr pero es la única manera de plantarse, como Nación, frente a la voracidad del FMI.

Con el resultado electoral actual al oficialismo le quedó claro que internamente deben profundizar dos líneas de trabajo. Una es fortalecer la unidad interna del Frente, adoptando mecanismos de selección de candidatos que impulsen a dirigentes locales y regionales. La otra es relanzar el gobierno de la provincia de Buenos Aires con programas de gestión, que fidelicen y amplíen la base electoral del peronismo en todo su territorio, porque allí se decidirá el 2023.

En la oposición el panorama es muy complejo. Mientras Bullrich y Macri buscan acercarse a la ultraderecha, atacan y debilitan a Rodríguez Larreta y lo obligan a defenderse, resintiendo su plan de expansión y alianzas con otros sectores de la derecha del interior del país, que han actuado estos años como aliados de hecho de Cambiemos, acompañando algunas votaciones en el Congreso.

La elección dejó bien claro que sin el aparato de la UCR no hubiese ganado Cambiemos. En nueve provincias el Radicalismo desplegó su fuerza a favor del PRO con muy pocos beneficios para sí mismo, sobre todo en Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y Santa Fe. Éste nuevo mapa va a generar serios problemas de liderazgo en Cambiemos e incluso internamente en el partido Radical, donde ya se alzan voces contrarias a la ideología neoliberal.

En Córdoba el resultado electoral ya puso frenéticos a los operadores políticos. El gobernador perdió por 30 puntos contra el aparato Radical, que paradójicamente lleva a Juez como cabeza de lista. Juez posiblemente  cree que ganó así su salvoconducto a la gobernación, pero lo que seguramente no sabe es que Schiaretti podría acordar con Mestre para que se habiliten las PASO en Córdoba, como herramienta para dirimir diferencias. Un acuerdo más amplio entre ellos permitiría también que la UCR avale la re-relección, por única vez, de casi 300 intendentes. Una mano ayuda a la otra y así la UCR se impondría sobre el PRO y Schiaretti recuperaría parte del poder territorial perdido. 

El nuevo mapa político va a generar un dilema en el Radicalismo y algunos plantearán salir de la Alianza de Cambiemos y recuperar el liderazgo popular alejado de Macri y de la ultra derecha. 
No obstante ésto es muy lejano aún, porque el anti Peronismo es muy fuerte y porque las alianzas no tienen base ideológica, ya que sólo tienen como finalidad ocupar cargos públicos y hacer negocios privados.

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