Mientras se profundizan las discusiones sobre listas de unidad o internas para dirimir candidaturas en la mayoría de los partidos y alianzas electorales, la provincia trata de evitar las malas noticias con el objeto de no aumentar el mal humor social.

Los efectos de la pandemia y de la crisis económica golpean de lleno sobre la ciudadanía y a los gobiernos les preocupa el impacto electoral, entre otras cosas.

En el caso de Córdoba, el gobierno provincial trata de aplacarlas o mostrarlas a través de otro cristal. Ya pasó con la refinanciación de la deuda. El schiarettismo la presentó como un logro, lo cual es el vaso medio lleno. El vaso medio vacío muestra que la deuda se no se pagó sino que se trasladó y la deberá afrontar el sucesor de Juan Schiaretti.

El acuerdo con Anses por el déficit de la Caja de Jubilaciones, firmado en diciembre del año pasado, también es considerado un logro por los habitantes de los principales despachos del Centro Cívico. La Nación enviará a Córdoba casi 24 mil millones de pesos para subsanar este agujero negro en la administración provincial.

Todo eso se sabe, pero hay un aspecto novedoso que puede generar algún ruido en el corto o el mediano plazos.

A la Casa Rosada le preocupa el déficit permanente de la Caja de Jubilaciones porque lo ven como un problema estructural y se preguntan hasta cuándo se podrá seguir cumpliendo con ese acuerdo, que implica “una pesada carga”, según confió una calificada fuente del Gobierno nacional.

Lo que representantes del kirchnerismo y del albertismo sugieren que Córdoba deberá hacer una nueva reforma jubilatoria para evitar la sangría, que podría ser mayor con el paso del tiempo.

La palabra de dos fuentes consultadas fue corroborada por voceros del Congreso nacional, quienes indicaron que “el problema es serio y Schiaretti lo tiene muy claro”.

En el Centro Cívico niegan o evitan hablar del tema. En la Legislatura provincial, las espadas del peronismo no tocan la cuestión, mucho menos si se trata de hacer consideraciones públicas.

Los gastos inesperados provocados por la pandemia y los aumentos en partidas destinadas a socorrer a los sectores más necesitados tras la parálisis de la economía, hacen que el gobierno schiarettista se vea en figurillas para no quedar al borde del abismo financiero.

Sospecha opositora

Dirigentes opositores al jefe del Ejecutivo provincial sospechan que “en silencio, la administración de Schiaretti deberá hacer una nueva reforma, y eso pasará más temprano que tarde”.

El “yo no sé nada” que repiten los funcionarios deja una puerta abierta a continuar con el seguimiento del tema.

Otros conocedores de los movimientos del peronismo, sospechan que los problemas de este tipo podrían acrecentarse si no se llega a una unidad entre albertistas/kirchneristas y schiarettistas. “Si se retrasan las partidas del acuerdo firmado con Anses estaremos en problemas”, refirió un experimentado dirigente del oficialismo provincial.

Eso siempre fue un temor para los schiarettistas, el cual se mitigó en parte por el acuerdo con Anses. Sin embargo, siempre queda lugar para la desconfianza y la sospecha, especialmente cuando el tiempo corre y el conograma electoral se activa, aunque las fechas no estén definidas. Esto es así porque existen proyectos que apuestas a retrasar las Paso y los comicios legislativos generales.

Con todo, resolver un nuevo ajuste previsional sería una bomba en pleno proceso electoral, de modo que a la cuestión hay que tomarla con pinzas

El tablero de este ajedrez tiene las fichas diseminadas de manera extraña, de modo que hacer conjeturas o especulaciones sobre cómo decantará el juego, sería hacer futurología sin demasiados fundamentos. La palabra que más conviene en estos casos es “posibilidad”.