Juan Schiaretti no para de recibir malas noticias: desde la tragedia del Neonatal que desnudó la falta de controles y se llevó puesto al ministro de Salud Diego Cardozo, hasta el inicio del juicio por la muerte de Blas Correa a manos de policías provinciales.

Políticamente, ambos hechos lo obligaron a caminar con paso destartalado. Ahora tiene una nueva prueba que, a esta altura, es un gran desafío: la elección del intendente de la ciudad de Marcos Juárez, que apenas tiene 20 mil electores pero que se convirtió en una prueba testigo que repercute en todo el país.

Una victoria, le abrirá el camino al gobernador de Córdoba, tanto a nivel provincial –para consolidar las chances de Martín Llaryora en 2023– como nacional, porque tendrá un margen mayor de comenzar sus excursiones a territorios donde prácticamente es un ilustre desconocido.

De todas maneras, a comienzos de semana un sector de su entorno ordenó a vocecitas amigas que dijeran casi de memoria que la victoria en Marcos Juárez no implicará un lanzamiento nacional. Después, el propio cacique justicialista alió a la cancha e intentó bajarle la espuma a la repercusión. Eso es una media verdad. Schiaretti acomodará el cuerpo y se preparará para afrontar su etapa viajera, si la candidata del PJ Vernónica Crescente gana. Tendrá , claro, otro aire para mirar el futuro político inmediato.

Las encuestas fueron modificándose en el transcurso de las semanas y a 72 horas de los comicios hablaban de una victoria por margen estrecho del justicialismo. Pero nadie da por terminado nada.

Decisión sorpresiva

Marcos Juárez era un mar de tranquilidad porque se suponía que el actual intendente Pedro Dellarossa elegiría a una funcionara de su entorno para que se candidatee: Crescente, pero esto no fue así. El líder vecinalista local alineado con el PRO prefirió a Majorel y allí se hizo la noche para el oficialismo local.

Se regitraron por lo bajo fuertes cuestionamientos por lo que muchos en Juntos por el Cambio consideraban un “error grosero” de Dellarossa.

“Le está entregando en bandeja la ciudad a Schiaretti”, protestaban radicales y juecistas. Recordaban que Marcos Juárez fue el kilómetro 0 para la alianza Cambiemos, que allí debutó como frente electoral.

En paralelo pasaron muchos dirigentes nacionales y provinciales de la coalición: Mauricio Macri, Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal, Luis Juez, Rodrigo De Loredo y siguen las firmas.

Sin embargo, sin hacer demasiado ruido, los juecistas –por ejemplo– argumentaban que a la hora de elegir la candidata de Juntos por el Cambio, Dellarossa pecó de “soberbio”.

En realidad, estaban queriendo decir que nadie es dueño de los votos y que siempre hay que elegir al o a la referente mejor posicionado y no al que uno desee.

“Podemos pagarlo cargo”, razonaban con cierto desencanto al repasar una y otra vez los escenarios adversos.

El día de cierre estuvo cargado de estrategias: el peronismo repitió la presencia de Schiaretti –en la campaña fue y anunció obras millonarias- y Juntos por el Cambio apostó a una de sus principales espadas: Horacio Rodríguez Larreta.

Ese fue el último acto y se bajó el telón. Este domingo 11 de setiembre hablarán las urnas. Cuando se conozca el resultado habrá palcos repletos de dirigentes victoriosos. También, del otro lado, se escucharán algunas palabras tratando de explicar el resultado. Las cartas están echadas.