Durante años de profundas crisis económicas y sociales en nuestro país, se debió recurrir en determinados momentos a ayudas o asistencias del Estado, denominadas planes sociales.

Un claro de ello aconteció con la grave crisis del año 2001.

En el mediano plazo, todos coincidimos en que estos planes sociales eran necesarios para poder superar la delicada situación social y económica de aquellos tiempos.

Pero con el pasar de los años, estas ayudas brindadas por el propio Estado (con carácter temporal y excepcional), se transformaron en ayudas permanentes.

Se distorsionó desde distintos gobiernos, la finalidad principal de las mismas, pasando a ser utilizados los planes sociales con fines exclusivamente políticos y fundamentalmente electorales (voto cautivo).

Una de las principales obligaciones que tiene un gobierno, es crear las condiciones necesarias para que se invierta por parte de empresarios locales y extranjeros, crear nuevas fuentes de trabajo, y darle dignidad al pueblo que dicen representar.

Solo el trabajo, dignifica al ser humano.

Hubo gobiernos que se autoproclamaron peronistas, y que en vez de crear más trabajo y por ende más riqueza; solo crearon más planes sociales y por ende más pobreza.

Claramente, después de Perón, no hubo mucho peronismo en la República Argentina.

Durante el gobierno de Perón, se pregonó siempre por el trabajo y nunca por planes sociales para el pueblo. Fue un gobierno, que siempre cuidó al trabajador y lo consideró la columna vertebral (como se denominó en su momento al propio movimiento obrero).

Después de Perón, hubo gobernantes que dijeron ser peronistas, pero en la gestión nunca lo demostraron.

Estamos entre los diez (10) países del mundo con mayor territorio, contamos con importantísimos recursos naturales, tenemos mano de obra calificada, por ende no tenemos excusas para no tener pleno empleo, como sí lo tienen otras naciones.

El tema que debemos reclamar toda la ciudadanía en su conjunto al gobierno, es “MENOS PLANES SOCIALES Y MÁS TRABAJO GENUINO PARA EL PUEBLO ARGENTINO”.

Se debe iniciar un proceso de reconversión de planes sociales, en trabajo digno.

Hay que comenzar a hacer más peronismo en los hechos y dejar de usar a Perón solo en discursos demagógicos.

Hay que convocar a gente calificada e idónea  y avanzar en un ambicioso plan de creación de fuentes de trabajo, a lo largo y a lo ancho de la Argentina.

Las consecuencias del aumento indiscriminado e irresponsable de planes sociales, por parte de quienes nos han venido gobernando, son muchas: pobreza estructural consolidada de dos dígitos, familias que vienen subsistiendo en la indigencia y en la marginación, 6 de cada 10 niños que pasan hambre (son el futuro del país), aumento de comedores, y un pueblo cada día más pobre, con políticos cada día más ricos.

Tenemos todo lo necesario para ser potencia en el mundo y dejar de ser un país en vías de desarrollo eterno.

Es tiempo de que la clase gobernante haga un giro de 180 grados y trabaje para poner de pie a un país y a un pueblo que hace muchos años está de rodillas.

Hoy desde los cargos ejecutivos y legislativos, tienen la obligación de hacerlo.

Como pueblo debemos decidir nuestro propio destino por medio de gobernantes que representen nuestros intereses y no con gobernantes que representes más sus propios intereses personales o el de grandes poderes económicos.

Pero sin lugar a dudas, la salida es con menos planes sociales y más trabajo genuino.