Nunca hice un programa de radio que durara 10 años. Nunca imaginé que Subversiones podría llegar a emitirse durante una década. Tal vez, esa imposibilidad de proyectar más allá del día a día de la radio, sea la fórmula, no buscada, de esa constancia sonora.

Cuando César Barraco me propuso en el 2012 sumarme a la programación de Nuestra Radio, estaba terminando mi tesis doctoral en la Universidad y coordinaba Radio Curva, la comunitaria de Sierras Chicas, por lo que en principio rehusé el convite. Por suerte, insistieron al año siguiente.

El nombre Subversiones, apareció enseguida, como un concepto que enmarcaba dos campos de acción:

1- La reivindicación de aquello que había sido demonizado durante los setentas, los subversivos que fueron secuestrados, desaparecidos o exiliados durante la dictadura, las ideas que pedían a grito un cambio en el estado de las cosas.

2- El abordaje de la cultura como una zona de acción donde todo se relaciona, dialoga, se actualiza, donde la historia y los múltiples cruces generacionales van revitalizando eso que llamamos arte.

Desde entonces el programa fue dibujando un perfil de periodismo socio-cultural. Pero desde un enfoque alternativo y disruptivo.

¿Pero cómo ser subversivo en este nuevo siglo?

No hay una receta, un vademecum, una esencia. Como dice el gran filósofo cordobés Oscar Del Barco: “Se trata de un estado-de-insurrección, o, si me permiten la palabra, de revolución subjetiva permanente, o de un cambio de óptica, que puede ir desde lo más nimio de la vida cotidiana hasta los momentos más graves e intensos de la existencia.” Por lo tanto la subversión es un espíritu que puede asumirse frente a un sistema que se apodera de todo, las religiones, la ciencia, el arte, los medios y las relaciones sociales.

Parafraseando al querido Vicente Zito Lema: “Subvertir el orden, es la posibilidad de generar un orden de amor, de belleza, de justicia. Un orden que no sea el orden de la cultura de la muerte, que sea un orden de lo nuevo por hacer.”

Desde esa plataforma ideológica comenzamos a emitir este ciclo de 10 años en la la FM de la Universidad Nacional de Córdoba.

Tal vez una de las marcas que más se identifica con el programa son sus introducciones, mal llamadas editoriales, ya que escapan a la argumentación formal y el posicionamiento clásico de algunos espacios periodísticos. Intento escribir pensando en un oyente, con una forma poética y una temática que no reproduzca obligatoriamente lo que dicta e impone la agenda mediática.

La cultura local siempre estuvo presente en el programa, pasaron cientos de artistas, de palos muy diversos, pero atendiendo principalmente a lo que emerge por fuera de los mandatos del mercado.

Decidimos pasar una buena cantidad de canciones que son versiones actualizadas, en definitiva, parte de esa antropofagia cultural, que es el alimento del alma que se expresa.

Nuestras columnas y entrevistas fueron marcando el pulso de aquello que nos movilizaba, tantos nombre propios, tantas organizaciones sociales, tantos actores que encarnaban ese espíritu subversivo que queríamos compartir en comunidad.

Imposible recontar lo que vivimos junto a nuestra audiencia en estos 10 años, cada suceso, cada acontecimiento, cada evento, cada manifestación, que sintonizara con nuestra mirada al mismo tiempo nos cuestionaba, nos movía, nos emocionaba.

Los dictadores que se morían, los que eran juzgados y condenados, el acuartelamiento policial, la violencia institucional, la asamblea contra Monsanto, las Madres de Barrio Ituzaingó, el Ni Una Menos, el derecho al aborto, las revueltas sociales y los golpes de las derechas en Latinoamérica, la pandemia, las crisis cíclicas de un capitalismo voraz, tantas vidas, tantas luchas, tantas subversiones.

Tuvimos inolvidables columnas sobre variadas temáticas: Valeria Teruel haciendo recitales en el estudio, Tincho Siboldi hablando de rock argentino, Camila Sosa Villada interviniendo con lecturas y humor ácido, F Javier Vargas proponiendo otras masculinidades, Guadalupe Reinoso filosofando en la radio, Sol Minoldo con sus ajustados análisis sociológicos, Paula Morales planteando polifonías feministas, Daniel Diaz Romero haciendo periodismo ambiental, Estefanía Pozzo y su mirada desde la economía feminista, René De Santis difundiendo la ESI y la importancia de las sexualidades, Pau Candi trayendo músicas latinoamericanas, Cassandra Sandoval con una agenda trans, Maximiliano Giraldes analizando el impacto de las nuevas tecnologías, Matías Mowszet con su bitácora de la patria grande, Martin Campos con su propuesta cinematográfica...

Y siempre el power trío sonoro que conformamos con Ariel Pekas Rojo y Gabriela Estofan. A los que se sumaba una banda de productores, pasantes y practicantes que iban aportando y renovando la propuesta subversiva.

Por supuesto, siempre tuvimos con quién hablar, conversar, acompañarnos. Esa oyencia subversiva que se fue identificando como una comunidad sonora. Por eso, empezamos a salir del estudio y convocarnos en espacios como ACIC, La Minerita, 9.90 Arte Bar, Espacio Mostra, entre otras propuestas que invitaban a pensar, dialogar, escuchar, bailar y festejar.

Por eso, este 7 de octubre, en Unquillo, estaremos celebrando 10 años de Subversiones, con artistas, amigos, organizaciones, y gran parte de ese equipo que nos acompañó y nos enriqueció.

No sé cuanto años más seguiremos, el mundo sigue necesitando de nuevas subversiones, por eso acá dejamos un rastro, una huella, un camino, tan necesario como vital.

¡Gracias Subversivxs! ¡Hasta la radio siempre!