Desde la tranquilidad que eligió en gran parte de su vida, José Alberto Mujica atraviesa la pandemia ecuménica.

A sabiendas de que "hay gente que ya está cansada, con ganas de largar la chancleta", 'Pepe' aceptó la propuesta del programa radial Nada del otro mundo.

Allí, desde su habitual ternura, el expresidente de Uruguay consideró que todos "necesitamos como el pan la comunicación y el abrazo" y que "con quitarnos eso, el virus no va a tener suerte", ya que considera que tal cuestión es "antropológica, está metida en el ADN".

En tiempos de cuidados de la salud y con la cuestión remota multiplicándose, a sus 85 años es tajante: "La era digital es un quilombo, y hay que regularla. Cualquier chanta puede decir cualquier cosa y nunca se sabe adónde va a parar la información". Pide, en tal sentido, que sean los Estados los encargados de enfrentar y regular estas situaciones, y destacó el rol de lo público con el coronavirus como enemigo.

"Muchas veces los trabajos nos repugnan pero los tenemos que hacer porque estamos acuciados por necesidades de carácter económico. Nuestra cultura nos lleva a confundir ser con tener", graficó.

Durante la entrevista, emitida por FM 102.3, de los Servicios de Radio y Televisión (SRT), fue tajante al pedir que "debería acortarse la jornada de trabajo", ante "el aumento de la productividad".

También habló sobre el futuro mediato: "A lo que más le temo es a la brutal concentración de la riqueza que se está procesando. Pero también a la distancia que hay con la gente común. Se está amasando una plutocracia mundial sin fronteras".

Al hablar sobre Argentina consideró "muy duro" aquello que en nuestro país ingresa dentro de "la grieta".

Al respecto agregó: "Es difícil encontrar direcciones políticas razonables hacia un lado u otro, solo se cultiva un antagonismo ciego que no da salida. En Argentina, algunos dirigentes no tienen la pasión necesaria por la política, está deformado".