Rosarina de nacimiento, tenía sólo un puñado de años cuando su familia se trasladó a Córdoba. En la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional egresó, para luego cumplir varias décadas como funcionaria de Justicia.

Finalmente, la renuncia presentada ante los Tribunales Federales de Córdoba por la fiscal Graciela López de Filoñuk fue aceptada. Este lunes, se publicó el decreto en tal sentido en el Boletín Oficial de la Nación.

Sigue así el camino de sus colegas Gustavo Vidal Lascano y Alberto Lozada, también con dimisiones ya formalizadas. Seguirá cumpliendo funciones mientras corre el trámite jubilatorio.

En su trayectoria, tuvo una reconocida labor en causas de violaciones a los Derechos Humanos e intervino en numerosas causas por delitos de lesa humanidad. Fue reconocida como ciudadana ilustre de Córdoba.

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