Su paso por el sur de la provincia de Córdoba, con un sentido acto en la Universidad Nacional de Río Cuarto incluido, movilizaron a Alberto Fernández a resolver cerrar el camino rumbo al domingo en la ciudad capital.

Con un acto en FORJA, previsto para el jueves próximo, el precandidato presidencial del Frente de Todos cerrará sus intervenciones de campaña rumbo a las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

“No sé lo que pasó, pero no me pasó a mí”, adujo el pasado viernes en Bell Ville, durante una conferencia de prensa en la que estuvo acompañado por el senador nacional local, Carlos Caserio.

Consideró que “si lo que pasó lastimó a alguien es parte de la historia”, intentando diferenciarse, pidiendo “una historia en la que no nos lastimemos”.

La magra relación durante la gestión de Cristina Fernández con el territorio hace que deba multiplicar esfuerzos, a sabiendas que se trata del distrito que, en 2015, le dio el 70% de los votos del balotaje a Mauricio Macri.

En medio de la mención de una multiplicidad de nociones de la economía, les habló "a esos cordobeses que están suspendidos en las plantas automotrices porque no venden autos, a esos cordobeses que están suspendidos en las empresas metalmecánicas porque no tienen nada que producir, a esos cordobeses que han dejado de producir motocicletas o tractores”, preguntándoles si “van a estar mejor si votan a alguien que lo único que les garantiza es hacer lo mismo pero más rápido”.

Vaticinó que “más rápido van a sufrir si es eso lo que votan", e indicó que “vengo con el alma cargada de ganas de mejorar la vida de los argentinos y de los cordobeses".

Parafraseando a la gestión Macri, dijo: “Nuestro primer semestre va a ser el mejor, porque va a ser nuestro, vamos a tomar nuestras decisiones”.

Sin dejar de mencionar en su paso por la provincia a José Manuel De la Sota, en tierras riocuartenses se refirió a “el Alfonsín más peronista”, aquel que hablaba de “la ética de la solidaridad”.