Ya el 10 de enero pasado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había advertido que la situación en Venezuela había tomado “nuevas dimensiones”.

La asunción de Nicolás Maduro en un nuevo mandato era la cuestión.

La renovación de reclamos había sido motivo, para el organismo internacional, de solicitud al Gobierno para que se respete el derecho de protesta.

Ahora, con la autoproclamación del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como titular interino, la multiplicación de protestas, tanto de apoyo como de rechazo, es un hecho.

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En tal sentido, el organismo adujo que “sigue de cerca graves hechos de violencia” en el país, porque “ya han generado al menos 16 muertes, decenas de heridos y detenciones”.

En su comunicación de ayer, completa: “Reiteramos llamado al Estado a respetar la vida, la integridad y libertad de los manifestantes”.