A la vez que prepara su visita a la Comisión Bicameral de Inteligencia en el Congreso de la Nación, el juez federal Alejo Ramos Padilla sufre el pedido de “investigación” de parte del gobierno nacional.

Lo había anticipado el propio presidente Mauricio Macri, quien adujo que "ya se ha mandado varias".

El magistrado, citado por legisladores oficialistas para este jueves, es acusado de “una pérdida total de ecuanimidad”, y este lunes ingresó a la comisión de Disciplina del Consejo de la Magistratura el pedido de juicio político.

Encarado por el Ministerio de Justicia, que conduce Germán Garavano, se lo acusa de “ventilar” datos de la causa que tiene como principal actor a Marcelo D’Alessio, y que investiga “una red de espionaje ilegal de magnitudes”.

La presencia de Ramos Padilla en la Comisión de Libertad de Expresión, la semana pasada, trató de explicar por qué se dejó de lado la denuncia de “extorsión” realizada por el empresario Pedro Etchebest contra D’Alessio, para indagar en algo mucho más complejo y delictivo.

Ese es el motivo central por el cual el oficialismo hoy apunta a su destitución. El texto presentado alude que tuvo “una actitud confrontativa para con algunos legisladores”, aunque no se especifique tal cuestión y el oficialismo haya decidido ausentarse del cónclave.

Las menciones del juez fueron, eso sí, hacia Elisa Carrió y Paula Olivetto, mencionadas en audios de D’Alessio, confirmando que “se nutrieron” de datos obtenidos de manera ilegal por el imputado.

Esta cuestión, se aduce, “demuestra un accionar contrario con la prudencia y el decoro que se espera de un juez federal”.