Dándole cierre a su primera gira internacional como presidente, Alberto Fernández compartió este viernes una reunión con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Y hubo un interesante intercambio en una conferencia conjunta.

Declaración conjunta de Alberto Fernández y Benjamin Netanyahu

Por un lado, la autoridad israelí bregó por “seguir fortalecimiento la amistad” entre las naciones, lo felicitó por “mantener a Hezbolá como organización terrorista” y le confió una historia sobre la familia de su esposa: “Hubo muy pocos sobrevivientes. Los que quedaron emigraron a Argentina, y valoramos que le hayan dado lugar para refugiarse”.

La coincidencia entre ambos fue la búsqueda de la verdad respecto al atentado a la AMIA. Allí Fernández adujo que tiene “un compromiso absoluto e inalterable”, porque “necesitamos saber que fue lo que pasó”, también en la Embajada de Israel.

El mandatario argentino trazó también un paralelismo de la última dictadura cívico-militar en nuestro país y el Holocausto: “Nosotros tuvimos nuestra propia tragedia: una dictadura que se llevó a 30.000 personas. Pero siempre destaco que cuando la víctima era un judío, padecía más; porque nuestros genocidas fueron particularmente violentos con la sociedad judía”.

Y se permitió contarle una historia que “sintetiza la tragedia de la humanidad”, la cual vivió durante su viaje, realizado en vuelo de línea.

“Desde Roma a Tel Aviv viajé con Vera, una persona de más de 90 años. Llegó a fines de 1940 al país, escapando del nazismo. Su abuelo murió en (el campo de concentración polaco de) Auschwitz . Se fue a la Argentina a armar su familia, y su hija Franca terminó desaparecida por la dictadura. Yo la quiero mucho a Vera. Y a todo eso le decimos nunca más”, narró.