En plena campaña electoral de 2015, la cuestión fue un escándalo. La acusación surgida en el Grupo Clarín de que Aníbal Fernández estaba involucrado en una compleja causa de narcotráfico fue una bomba. Sin certeza a ciencia cierta de su impacto, en parte (más allá de su imagen negativa de aquel tiempo) le terminó costando perder la elección de gobernador de Buenos Aires, a manos de María Eugenia Vidal.

Su bigote y "recibir plata a cambio" -según el ex Jefe de Gabinete- llevó al periodista Jorge Lanata a asociar la figura del dirigente político con alguien mencionado como 'la morsa' en el proceso judicial que investigaba el mentado "triple crimen de General Rodríguez", que en 2008 tenía como referente los asesinatos de los jóvenes empresarios Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.

"Sólo la gente de bien pide disculpas", le dijo quien hoy es interventor de Yacimientos Carboníferos Río Turbio al programa Nada del otro mundo, de FM 102.3. Fiel a su estilo, apenas menciona que el escueto artículo del diario Clarín desvinculándolo de la situación lo hizo sentir "un poquito reivindicado" ante su familia y allegados.

"Esos tipos decían que yo había sido el autor intelectual de la muerte de tres pìbes y que era traficante. Imagínese que mi madre tiene 91 años, o cómo lo tomaron mi mujer y mis hijos. Les importó un carajo hacer cualquier cosa con tal de hacerme daño. Yo no vi nunca en ningún lugar un agravio semejante, pero sabía que el tiempo lo iba a demostrar", indicó.

Concluyó diciendo que "no me voy a poner contento de que diga la verdad de lo que soy".