La historia, comienza a revertirse, y por primera vez, la imagen de una árbitra, eclipsa a los 22 protagonistas de la final que reúne a los campeones de la Champions y de la Copa de la UEFA.

La excepción tiene nombre: Stéphanie Frappart. Una pionera en la historia del fútbol ye el arbitraje. Esta francesa de 35 años, soltera, se convertirá hoy en la primera mujer que arbitra una final de competición europea masculina, la Supercopa de Europa entre el Liverpool y el Chelsea, en Estambul.

Han tenido que pasar más de 60 años de competiciones europeas de fútbol para que una mujer dirija un partido del máximo nivel de hombres.

Un hito que la UEFA no ha pasado por alto, presumiendo de política por la igualdad. “Estoy encantado de este nombramiento. Espero que el ejemplo de Stéphanie sirva de inspiración a millones de niñas y mujeres de toda Europa y les demuestre que no deberían existir barreras para alcanzar sus sueños”, dijo el presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin, apoyándose en la decisión adoptada por Roberto Rosetti, el jefe de arbitraje de la Federación, para quien Frappart “ha demostrado a lo largo de los años que es una de las mejores árbitras de Europa y de todo el mundo”.