Los manifestantes prodemocracia llamaron a intensificar las protestas contra el golpe de estado en Birmania.

Pedimos a "todo el país que se una" contra la dictadura militar, declaró Maung Saungkha, uno de los líderes de la protesta. "Si llamamos a la desobediencia civil y a la huelga sin salir a la calle, no es suficiente. Tenemos que mantener nuestro combate al nivel más alto. Estamos dispuestos a morir", afirmó.

Las protestas se concentran principalmente en las ciudades de Mandalay y Rangún. La represión realiza con gases lacrimógenos pero también con armas de fuego. Se estiman que al menos 60 personas fueron asesinadas en el marco de las protestas.