Especialistas reafirmaron que hay riesgos ante la exposición prolongada a las pantallas y recomiendan regular su uso, sobre todo, en niños.

“Hemos visto un aumento considerable en el uso de la tecnología en niños y niñas. Si bien esto les ha permitido conectarse con sus pares, con la escuela, con familiares, también ha servido para romper hábitos saludables que se habían adquirido, como las rutinas de alimentación y de sueño”, explica Analía Arteaga, coordinadora del servicio de internación del Salud Mental del Hospital Pediátrico, a Prensa del Gobierno de Córdoba.

Según Mariela Zachetti, licenciada en Psicología e integrante fundadora del Espacio de Infancias, redes y miradas actuales, de la Facultad de Psicología de la UNC, los dispositivos electrónicos inhiben la posibilidad de crear y fantasear. "En la pantalla todo está dado de antemano ubicando al niño en una posición pasiva, cómoda y dependiente, y engañado de una supuesta creencia de omnipotencia sostenida en la idea de que todo lo que ahí ocurre es efecto de lo que él o ella hace”, afirma Zachetti.

“Las pantallas son el futuro para los niños, no las podemos prohibir, tenemos que enseñarles a usarlas de manera cuidada y mostrarles que todo el resto no tiene por qué perderse, los papás debemos estar convencidos de esto”, agregó.

Consejos

Según la Asociación Americana de Pediatría (APP) estableció las siguientes recomendaciones de uso de pantallas:

- En bebés de hasta 18 meses: evitar la exposición a las pantallas con excepción del videochat.

- De los 2 a los 5 años, limitar el uso de los medios entre media y una hora al día, siempre que los contenidos sean de alta calidad

- Desde los 5 a los 12 años es necesario acompañarlos y pueden exponerse entre una hora u hora y media al día.

- En la adolescencia, se sugiere educar en el uso responsable y saludable de las tecnologías.

Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) recomienda:

Establecer un ambiente de confianza en el hogar: Entender sus necesidades y acompañarlos según su nivel de madurez, para que puedan acceder a contenidos seguros y aptos para su edad y puedan expresar sus inquietudes y plantear su punto de vista.

Evitar una actitud inflexible frente al uso de pantallas: En su lugar, trasmitirles que no es saludable conectarse a todas horas, y que cambiar de actividad permite, por ejemplo, descansar la vista y la postura.

Dar prioridad a las actividades diarias básicas: Se deben respetar los horarios para dormir y comer, así como para realizar las obligaciones domésticas. Aunque la situación sea excepcional, no debe ser excusa para olvidar estas rutinas y dejarse llevar por el impulso no justificado de uso de internet y dispositivos.

No distraerse y fijar objetivos: Cuando se esté utilizando internet para tareas escolares, es preferible que no se usen otras aplicaciones, ni redes sociales.

Dar el ejemplo: Los niños y niñas tienden a imitar los comportamientos que ven en las personas adultas.

Gestionar adecuadamente el tiempo del uso de dispositivos electrónicos: Utilizar herramientas como pactos, planes de uso medido de redes sociales, establecer normas y límites de uso, facilitar el dialogo y permitir plantear dudas, preocupaciones e intereses.

Fuente: Prensa Córdoba