El mosquito Aedes aegypti es el principal vector portador de los virus que provocan dengue, zika y la fiebre chikungunya. Febrero y marzo son los meses de mayor transmisión, recuerdan especialistas y marcan la importancia de evitar criaderos como medida de prevención. 

Durante los meses de verano se reproducen y abundan las poblaciones de Aedes aegypti, el principal vector del virus del dengue. Para febrero habitualmente ya hay casos autóctonos, que alcanzan su nivel máximo en abril.

Un estudio publicado en septiembre de 2020 en la revista científica Heliyon da cuenta del importante incremento de larvas y criaderos del mosquito urbano en las viviendas de la ciudad de Córdoba, a partir del monitoreo mensual realizado por hogar durante casi una década por el Centro de Investigaciones Entomológicas de Córdoba de la UNC y el Área de Epidemiología de la provincia de Córdoba.

El trabajo recopila y analiza información de casi diez años de investigación sobre el vector del virus, en los estadios de huevo y larva, así como de casos de dengue ocurridos. Fue desarrollado por un grupo de investigación integrado por especialistas del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, en colaboración con la Universidad Estatal de Nueva York, y la Universidad de Florida y Virginia, entre otras instituciones.

Según las conclusiones, se viene registrando un aumento importante y sostenido en la proporción de hogares que contienen larvas del mosquito (juveniles de Aedes aegypti), que pasó del 5,7% de las viviendas en 2009, al 15,4% en 2017.

“Eso quiere decir que cada vez estamos criando más mosquitos vector del dengue en las viviendas de la ciudad”, asegura Elizabet Estallo, investigadora del Conicet y una de las autoras de la publicación.

Agrega que los datos “demuestran que la presencia del mosquito se viene incrementando cada año, así como el número de casos en cada brote”. En esa línea, advierte que Córdoba experimentó el mayor brote de dengue hasta la fecha a principios de 2020 (serotipos 1 y 4, de acuerdo a datos del Ministerio de Salud de la Nación).

Walter Almirón, biólogo y director del Centro de Investigaciones Entomológicas de la UNC, enciende la alarma sobre el elevado porcentaje de larvas y criaderos alcanzados en los últimos registros, y explica que el 15,4% hallado en el monitoreo larval supera largamente el umbral establecido por la Organización Mundial de la Salud.

“Para que el riesgo de transmisión del dengue sea bajo, el índice aconsejado mundialmente es menor al 1%. En los últimos relevamientos que hicimos había zonas de Córdoba que tenían incluso hasta 50% de viviendas con criaderos”, apunta.