Militante universitario y estudiante de Arquitectura, Miguel Ángel Miró fue uno de los tantos jóvenes que en los '60 se sumaron a la ola de compromisos que envolvía a toda una generación.

El 29 de mayo de 1969 fue parte del colectivo que impidió el ingreso de las fuerzas de las dictaduras al barrio Alberdi. Durante el atardecer, se animó a salir a la calle con un cartel que después sería un llamamiento a la unidad de los sectores populares: Soldado, somos hermanos, no tires.

De poco sirvió: lo detuvieron y fue el único estudiante condenado por tribunales militares por los hechos del Cordobazo.