El mundo se replantea su forma vivir, no solo por la pandemia, y la militancia por el Ambiente y el cuidado de los animales es cada vez mayor. En nuestro país existe la Unión Vegana Argentina (UVA) y su presidente es Manuel Martí.

Martí tiene 64 años, es periodista y escritor y es quien fundó la UVA. Fue uno de los que visitó al presidente Alberto Fernández para pedirle que no avance con el acuerdo porcino con China. 

Según contó, hace 46 años que no come animales y en los últimos 20 comenzó a dejar fuera de su dieta también los derivados. Tuvo mucho que ver en esa decisión el enterarse lo que sucede en la industria láctea, la de los huevos y la apicultura: el maltrato animal que allí se vive.

El presidente de la Unión Vegana recomienda cerrar tambos y frigoríficos

“En 1999 busqué en Google el término vegetariano y me entero de que existe la International Vegetarian Union, me comuniqué con ellos y me inspiraron a hacerme vegano”, confesó, en diálogo con el medo Info Campo.

El referente vegano asegura que “todos deberíamos ser veganos cuanto antes” y para eso se apoya en un estudio de 2006 que remarca que la industria cárnica es la que más Gases de Efecto Invernadero genera en el mundo.

“Todo eso me hizo ver que era imperioso un cambio de hábitos, algo que hoy se está dando y no por políticas de Estado de los gobiernos en el mundo sino por la toma de consciencia de la gente, que bajó la demanda de proteínas de origen animal”, indicó.

Entre sus máximas más firmes, Martí está convencido de que “el futuro es vegano” y que está mucho más cerca de lo que hubiésemos imaginado. Ante esta situación, le recomienda "a la gente del campo" que vayan cambiando.

"Porque me pregunto qué pasará cuando la mayoría de la población decida no comer carne y me doy cuenta de que los que hoy se dedican a eso estarán muy perjudicados. De hecho, de a poco está sucediendo. Les recomiendo que vayan investigando y viendo cómo reconvertirse", expresó

Por otro lado, respecto a las políticas de Estado, Martí propone que se comiencen a cerrar los tambos "y producir en esas mismas instalaciones alimentos de origen vegetal. Lo mismo con los frigoríficos".

Para eso, aclara, es necesario que el Estado genere préstamos con tasas bajas y que apoye económicamente ese cambio. “Como mensaje a la gente del campo les pido que no se enojen, que no se pongan agresivos, que reflexionen", concluyó.