El embarazo en adolescentes y niñas es una problemática sumamente compleja que implica diversos factores socioconómicos, culturales, educativos y sanitarios.

En 2017, la cantidad de nacidos vivos registrados en la Argentina fue de 704.609 niñas y niños según las “Estadísticas de los Hechos Vitales de la Población Adolescente en la Argentina” elaborados por la Dirección de Estadística e Información de Salud (DEIS) - Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

"De este total, 94.079 fueron hijos/as de mujeres adolescentes; lo que representa en promedio, 258 nacimientos por día. Se trata del 13,6% del total de los nacimientos de dicho año: 2.493 (0,4%) correspondieron a adolescentes menores de 15 años y 91.586 (13,2%) a adolescentes con edades entre 15 y 19 años", amplía el informe.

Las provincias con mayor porcentaje de embarazo adolescente en la Argentina son: Formosa (21,7%), Chaco (20,4%), Misiones (19,9%), Santiago del Estero (18,8%), Corrientes (18,3%) y Salta (18,3%).

Sin embargo, los últimos datos disponibles por el DEIS señalan una caída en las tasas de fecundidad en la adolescencia tardía (embarazos en personas gestantes de 15 a 19 años). En 2010, la tasa era de 67.4 mujeres cada mil y en 2015, la cifra cayó a 53.1.

Por otro lado, las tasas de fecundidad en la adolescencia temprana (10 a 14 años) se encuentran entre el 1.9 al 1.4 entre el 2010 y 2019, sin cambios significativos.

La principal problemática en el embarazo en la adolescencia tardía es que no son intencionales. En las adolescentes entre 15 y 19 años, 7 de cada 10 embarazos no son intencionales y en las menores de 15 años la no intencionalidad aumenta a 8 de cada 10 embarazos, según datos del Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA).

Además, en embarazos de menores de 15 años es más probable que hayan sido víctimas de abuso sexual.

Embarazo en la adolescencia y la niñez: una problemática de múltiples facetas

¿Cómo disminuir la tasa de embarazos no intencionales en la adolescencia?

La psicóloga y trabajadora del Servicio de Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (SPD), Alfonsina Caronni, reconoce que el plan ENIA logró disminuir los embarazos no intencionales.

Sin embargo, advirtió a cba24n.com.ar: "La pata que falta es capacitar más en los centros de salud y centros educativos".

Y agregó: "Hay muchos mitos". La profesional relató un caso donde una adolescente quería aplicarse un método anticonceptivo pero fue disuadida por sus vecinos y familia porque escucharon que "causaba cáncer". "Ahora tiene un bebé", remarcó.

Por su parte, Lidia Zurbriggen, integrante de la colectiva socorrista "Córdoba Hilando en Socorristas en Red, feministas que abortamos", también reafirmó la importancia de la educación, el acceso a la información y a los anticonceptivos para evitar embarazos no intencionales.

"Tienen que tener las herramientas necesarias. La Educación Sexual Integral (ESI) es muy importante para la toma de decisiones en libertad", afirmó a cba24n.

Zurbriggen también enfatizó en la importancia de las consejerías de salud sexual y reproductiva en hospitales, dispensarios y otros centros de salud.

El Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA) funciona desde el año 2017 e implementa diversas líneas de acción como:

- Acceso gratuito a métodos anticonceptivos

- Educación Sexual Integral y Asesorías en las escuelas

- Consejería en Salud Sexual y Salud Reproductiva

- Actividades de promoción comunitarias

Sin embargo, el acceso al Plan es dispar en todo el territorio argentino y con discrepancias con algunos sistemas de salud provinciales y municipales.

Los riesgos del embarazo en la adolescencia y la niñez

Según Unicef, en 2018 "se identificaron 26 muertes maternas en adolescentes, la mayor parte de ellas por causas directamente relacionadas con el embarazo: dos por embarazos terminados en aborto y 19 por otras causas obstétricas directas".

Esta cifra representa el 13% de las muertes maternas en el país, es decir, es proporcional a la cantidad de embarazos por edad.

Sin embargo, en 2017 también se registraron 792 defunciones de hijos/as de mujeres adolescentes antes de cumplir un año de vida (defunciones infantiles). "Esto representa aproximadamente 8 muertes cada 1.000 nacimientos de adolescentes", dice el informe de Unicef.

"La evidencia correspondiente al año analizado da cuenta de que la mortalidad infantil resulta más frecuente en los hijos/as de mujeres adolescentes que en el resto, exceptuando la que corresponde a las mujeres de 40 años y más", concluye.

Por otro lado, las adolescentes y niñas embarazadas tienen más probabilidad de tener un niño o niña prematuro o de bajo peso que otros grupos etarios.

Embarazo en la adolescencia y la niñez: una problemática de múltiples facetas

"La complicación del embarazo y maternidad adolescente recae en lo que significa atravesar dos momentos de crisis en simultáneo: pasar de ser niño para hacerse adulto y madre a la vez. Se torna muy difícil que una adolescente asuma la responsabilidad que supone el cuidado físico y psíquico de un bebé", describió la psicóloga Alfonsina Caronni.

Y agrega: "Ser madre adolescente o niña puede llevar ligados problemas psicológicos". Alguno de ellos son:

- Aislamiento social 

- Sentimiento de soledad

- Depresión

- Depresión post parto y trastornos de ansiedad

- Angustia ante los cambios fuertes en el cuerpo

- Temor ante la posibilidad de rechazo social

- Sentimientos de adecuación y baja autoestima

- Conflictos en el grupo familiar.

"(El embarazo) entorpece el proceso de individualización y de independencia que se espera que espera en esta etapa de adolescencia. Los adolescentes se sienten sobrepasados  y agobiados por tener que responder a una responsabilidad en la cual no se sienten capaces", argumentó.

La importancia del acceso a los derechos

El embarazo en menores de 19 años trae numerosas consecuencias socioeconómicas a la persona gestante que deben ser resueltas por el Estado. El derecho a la educación y a la salud son derechos humanos fundamentales que las niñas y adolescente deben acceder más allá de estar embarazadas o haber tenido un hijo.

Además, tienen derecho a acceder a una Interrupción Legal del Embarazo (ILE) en el marco legal que se dispone y además poder acceder a la Justicia en caso de violencia de género.

Todas las niñas menores de 15 años que se encuentren embarazadas pueden solicitar una ILE, por los riesgos que suponen estos embarazos para su salud y su vida digna. A pesar de la legislación nacional vigente, la burocracia provincial o movimientos antiabortistas dificultan el acceso a la ILE tal como ocurrió en Santiago del Estero o San Juan.

"Hay muchos factores que expresan las situaciones de vulnerabilidad", afirmó Zurbriggen de Socorristas en Red.

La colectiva Socorristas en Red es un conjunto de organizaciones diseminadas en todo el país. "Nosotros lo que hacemos es informar y acompañar a las personas que deciden interrumpir sus embarazos con medicación para que estén cuidadas, acompañadas y respetadas en relación a sus deseos. Seguimos el protocolo en base a la OMS sobre el uso de medicamentos y también el protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE)", expresó.

Lidia Zurbriggen afirmó: "Según datos de Unicef, cada 3 horas una niña es obligada a gestar, parir y criar. El 80% es producto de violencia sexual intrafamiliar".

"En el año 2019 nuestros acompañamientos fueron 81 a menores de 15 años y 2140 personas de 15 a 19 años. Acompañamos a todas en esos procesos. El 72,4% refirieron algún tipo de violencia machista y el 34,6% no asistían a la escuela", agregó.

En reflexión, Zurbriggen declaró: "Las niñas no tienen que ser madres tienen que vivir sus infancias plenas. Tiene derechos a ser felices a vivir como tales. Tienen derechos a ser escuchadas por toda la sociedad y en especial los gobiernos".

En materia educativa, Unicef remarcó que en Argentina las madres jóvenes tienen mayor dificultad en finalizar sus estudios y en acceder a empleos de calidad.

"El embarazo adolescente (EA) y la maternidad temprana (MT) Argentina disminuyen en un 17% la probabilidad que tienen las mujeres de finalizar el secundario y en un 11% la probabilidad de finalizar estudios de terciarios o universitarios respecto de las mujeres que posponen su maternidad a la primera década de su vida adulta (20 a 29 años)", dice el informe de Unicef.

El embarazo no intencional en la adolescencia y la niñez dan cuenta de una serie de carencias e inequidades en la sociedad. El acceso a los diferentes derechos debe ser garantizado por el Estado y tratado de manera interdisciplinaria.

Se debe garantizar la educación para que la juventud cuente con las herramientas necesarias para tomar decisiones. Y para las niñaz, Socorristas en Red reafirma: "Las queremos vivas de risa, vivas jugando. Las queremos niñas, no madres. Necesitamos extender y dar alojo a los tiempos de la infancia. En un mundo justo, se cuida a las niñas de la tortura del abuso y las violaciones. Se la cuida del sometimiento a la maternidad forzosa".