Especialistas en niñez cuestionaron el abordaje mediático y judicial del abuso sexual a niños y adolescentes tras la denuncias contra el exparticipante de Gran Hermano Marcelo Corazza y el conductor televisivo Jey Mammon.

Corazza, el ganador de la primera edición de ese reality realizada en 2001 y actual productor del mismo programa, es uno de los cuatro detenidos como sospechoso de integrar una organización dedicada a la explotación sexual y la corrupción de menores en distintos lugares del país. Los otros detenidos son Andrés Fernando Charpenet, Francisco Rolando Angelotti y Raúl Ignacio Mermet. 

En tanto, Lucas Benvenuto contó esta semana en sus redes sociales que había sido abusado por Jay Mammon, que realizó la denuncia judicial y que el juez de instrucción Walter Candela y el fiscal Patricio Lugones lo consideraron un delito prescripto.

“En el seguimiento mediático de las recientes denuncias contra personalidades públicas por abuso infantil o redes de explotación no se puede decir que la repercusión haya sido uniforme”, expresó la directora ejecutiva de Red por la Infancia en una nota escrita por Julio Mosle para Télam.

"Hubo coberturas más o menos respetuosas, pero lo que causó mayor impresión fue la gran repercusión que tuvieron estos casos en la sociedad; quizá lo que todavía falta es resguardar un poco más a las víctimas y no exponerlas tanto", declaró.

"Es vital que frente a denuncias de amplia repercusión mediática y con personalidades famosas involucradas como estas, las noticias se den en su contexto, el abuso sexual infantil es mucho más frecuente de lo que queremos creer o admitir", remarcó.

"Quizá sobre la sensibilidad social que despertaron estos episodios recientes sea bueno construir una campaña pública para reclamar esa respuesta del máximo tribunal", resaltó.

En tanto, el médico psiquiatra Enrique Stola (MN 50.747) dijo a Télam: "en la cobertura mediática de las recientes denuncias por abusos y redes de explotación sexual infantil en las que están involucradas personalidades de la televisión quedó claro que deberían haber convocado a más personas especializadas, con conocimientos y perspectiva de género sobre agresiones sexuales a las infancias".

"También debieron haber explicitado desde un principio la existencia de las denuncias judiciales que precedieron a las mediáticas, porque eso es lo que evidencia que las víctimas intentaron por todos los caminos posibles hallar justicia sin encontrarla", resaltó. Sobre este punto, cuestionó que "el sistema judicial argentino en todos sus niveles hace agua por todos lados en lo que se refiere a derechos de la niñez. Tiene fallas terribles, además de funcionarios y funcionarias machistas que no producen buenas investigaciones y son verdaderos atentados contra las víctimas".

El especialista reflexionó que "episodios que toman estado público como estos de los últimos días o los que vivimos anteriormente como el caso Grassi,en general, le dan fuerza a las víctimas para animarse a denunciar, pero no producen ningún cambio sustancial porque la sociedad que hoy está conmovida es la misma que sigue produciendo abusadores y femicidas". 

Por último, Stola completó: "Un cambio importante sería que alguna vez el Estado se ponga firme para que la Ley de Educación Sexual Integral tenga aplicación efectiva en todos los colegios de todos los niveles, que es algo que hoy no sucede ni en Argentina ni en ningún otro país de los que denominamos 'occidentales'; también hace falta una profundización de las capacitaciones en la Ley Micalea y que finalmente la Corte se capacite en la temática".