Hugo del Carril, cantor siempre

Cuarenta y seis veces actor, quince director, doce productor y dos guionista en el cine, muestran su ductilidad, pero no definen un perfil.

Cantor siempre; el trazo es más neto.

Una vez sobre todo. Cuando grabó “Los muchachos peronistas”, la “marchita” bah, dijo «La grabé por convicción y por pedido expreso del general Perón, aun sabiendo que sería más recordado por la marcha que por los tangos que he grabado».

Venía del radicalismo, como Arturo Jauretche y Homero Manzi entre otros, y, se basó en textos de autores de izquierda como Alfredo Varela y Juan José Manauta, para que lo más polentoso de su cine, “Las aguas bajan turbias” sobre todo pero también “Surcos de sangre”, “Las tierras blancas”, “La calesita”, mostrara que la injusticia también era social.

Las dos últimas fueron filmadas en el post peronismo, pero con la que tuvo problemas fue con “Las aguas bajan turbias” en 1952.

Aunque aplaudida por el público y premiada por la crítica (Diploma de Honor en el XIII Festival Cinematográfico Internacional de Venecia (Italia / 1952), Raúl Apold, el secretario de Difusión del gobierno peronista, acusó a Del Carril de simpatizar con ideologías de izquierda por la adaptación de la novela “El río oscuro”, de un comunista, Alfredo Varela, como base argumental de su película.

Como de costumbre, Perón tuvo más muñeca…a más de la brava…. Al encontrarse Varela preso, del Carril intercedió con Perón. “¿‘Por qué está preso?’, me preguntó Perón y le contesté: ‘Por orinar frente a la embajada norteamericana’. El se rió y me dijo: ‘Bueno, al final somos todos un poco comunistas, si lo que buscamos es la justicia social’. Varela fue liberado inmediatamente»

Sin embargo, la venganza (que será terrible, según Dolina o inexistente según Fernández) se consumó. La distancia con el gobierno se reflejó en la decisión de volver a grabar la marchita ese mismo año de 1952, en la voz de Héctor Mauré.

Claro que la real venganza, se consumó después del golpe de estado que derrocó a Perón.
Prohibido y encarcelado, cantaba desde la celda-

Libre y prohibido, cantaba en las plazas.

Los mensús de “Las aguas bajan turbias” se rebelaron contra los patrones y se liberaron.

A veces, una película es un pronóstico. Otras, una marchita es su banda sonora.35 líneas o´clock