Las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) llegaron a la vida humana para quedarse. Las generaciones más jóvenes tienen más incorporado el uso del celular, la tablet o la computadora que los adultos, y para muchos estos aparatos pueden resultar algo lejano.

De todos modos, conviene tomar conciencia de que si los chicos permanecen demasiado expuestos al celular, la compu o la tablet, esto puede causar diversos problemas de salud: desde contracturas cervicales y calambres en brazos y manos, irritación ocular y problemas en la vista, además de insomnio, irritabilidad o disminución de la motricidad fina y la creatividad en el juego.

De acuerdo a psicólogos y en casos más graves, puede derivar en dificultades para adquirir habilidades sociales, de comunicación y resolución de conflictos, pasando por adicción al celular y trastornos en el peso.

De todos modos, y para no caer en el aislamiento virtual o en la sobreexposición a la tecnología, conviene buscar un equilibrio adaptado a la edad y las necesidades de los niños.

¿Cuándo darles el celular?

Una propuesta del psiquiatra francés Serge Tisseron es aplicar la regla del 3, 6, 9 y 12. A medida que los niños alcanzan estas edades, se puede incorporar a sus vidas diversas tecnologías.

De esta manera, antes de los tres años los chicos no deben ser expuestos a ningún tipo de pantalla. A partir de los tres años, puede iniciarse con la televisión o películas en compañía de los padres, para que observen el contenido que el niño o niña ve.

A los seis años, puede sumarse una tablet o un teléfono sin acceso a internet con juegos o actividades previamente descargados. Desde los nueve años, se agrega el acceso a la web, pero con la premisa de conversar sobre lo que se ve en internet.

A los doce años, y recién en el último paso, se suma el celular. Este momento coincide con el inicio de la escuela secundaria, donde los chicos necesitan un rango mayor de autonomía, por lo que el teléfono celular sirve para que los padres tengan cierta seguridad sobre la ubicación del niño y sus movimientos.

Tips para padres y abuelos

-Mientras los jóvenes y niños queden más tiempo expuesto a las tecnologías sin un adulto responsable, hay más posibilidades de que sean vulnerables a engaños por parte de adultos con intenciones abusivas. La supervisión es importante: en ningún caso se debe dejar a los niños pequeños solos frente al celular o a la computadora, por lo que es recomendable que estos aparatos estén en un lugar familiar, de fácil acceso y control para los adultos, nunca en la habitación de los niños o en soledad.

-Con los chicos más grandes, aunque también sirve para los niños, hay que mantener el diálogo abierto y conversar sobre lo que se ve y se hace en la computadora o el celular. Es necesario hablar de la seguridad en internet y de cómo podemos evitar situaciones riesgosas. Conviene recordar que lo que se sube a internet, se queda en internet, y no hay forma de borrarlo de los teléfonos de otras personas. También recalcar que no se debe compartir información sensible, fotos, videos o datos de identificación personal. Y si se recibe algún mensaje extraño, que moleste, asuste o que sea fuera de lo normal, indicarles que deben avisar inmediatamente a un adulto.

-Dar el ejemplo con el uso del teléfono. No sirve de nada decirles a los chicos que no vayan a la mesa o a dormir sin el celular si los propios adultos no lo hacemos.

-Establecer horarios y espacios libres de celulares o computadora. En abril la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que los chicos no vean pantallas hasta los dos años y que pasen una hora como máximo frente a ellas entre los tres y los cinco años. Psicólogos coinciden en recomendar que a partir de los seis años, limitar la exposición a no más de dos horas diarias. En cuanto a los espacios, es una buena práctica limitar el uso de estos dispositivos durante las comidas, mientras se preparan para ir a la escuela o antes de dormir. Es importante que el uso del celular no limite otras actividades necesarias para el desarrollo del niño.