El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, aseguró públicamente que la tasa de pobreza que dará a conocer este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) mostrará un descenso. Moroni subrayó, entre los números que contribuyeron para la mejora de las estadísticas, el 10,3% de crecimiento de la economía durante 2021; las políticas destinadas a la recuperación de la actividad, que llevaron la tasa de empleo al 43,6% en el cuarto trimestre de 2021, la cifra más alta desde 2006; y, finalmente, la pulseada ganada por los salarios privados (RIPTE) al índice de Precios al Consumidor durante los últimos meses de 2021.

La proyección oficial está en línea con las cifras que distintas consultoras y organismos han expresado en los últimos días: los más optimistas, entre ellos el economista Martín González Rozada de la Universidad Di Tella, sitúan la tasa de pobreza en torno al 38%-38,5%. Para Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), la pobreza del último tramo de 2021 sería del orden del “43% en el tercer trimestre, con tendencia a la baja”. 

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Pobreza e Indigencia (Personas) Fuente INDEC

Los más críticos a la gestión de Alberto Fernández, incluso desde sectores que todavía conforman el tenso Frente de Todos, argumentan que la mejora del indicador -de ser finalmente del 38%, representaría la segunda mejora consecutiva- estuvo condicionada por la expansión del gasto público previo a las PASO y la reactivación económica que, al ritmo del avance de la vacunación contra el Covid-19 y el fin de las restricciones, permitió el crecimiento de la mayoría de las ramas de la economía y llevó el empleo a sus marcas pre-pandemia. 

Ver también: "La inflación es el mayor problema que tiene la Argentina", dijo Alberto Fernández

Los críticos señalan que la reactivación llegó a su máxima capacidad y que la inflación, del 3,9% en enero y 4,7% en febrero, llegará al 6% en marzo. La guerra en Ucrania y el alza en el precio de las materias primas sumarán presión sobre los productos que integran la Canasta Básica Alimentaria.

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Los indicadores exhibirían una mejora para el segundo semestre de 2021. Pero la inflación y la presión sobre los productos de la CBA los podría agravar nuevamente. Fuente INDEC.

El panorama económico y social en Argentina habilita preguntas sin respuesta. ¿Hay lugar para el optimismo oficial con una pobreza estructural que fluctúa, desde el 2020, alrededor del 40%?

¿Cuántos nuevos pobres habrá en el primer semestre de 2022, con una inflación para marzo pronosticada en 6% y una Canasta Básica Alimentaria que en febrero se disparó 9%?

El mismo Salvia es quien señala las limitaciones para una mejora de los índices: “El escenario para el primer semestre de 2022 estaría revirtiendo su mejora porque aumenta mes a mes la inflación y el shock de empleo ya se dio”.

Es justamente la evolución de las Canastas Básicas las que definen el umbral de pobreza e indigencia. El costo de la Canasta Básica Alimentaria subió 9% durante febrero, por lo que una familia tipo, integrada por dos adultos y dos menores, necesitó ingresos por $37.413 para adquirir la cantidad mínima de alimentos y no caer así en la indigencia, informó INDEC.

Por su parte, la Canasta Básica Total aumentó 6,6% durante el mismo mes, por lo cual esa misma estructura familiar requirió ingresos por $83.807 para no estar debajo de la línea de la pobreza.

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Incidencia de pobreza e indigencia para el primer semestre de 2021. (Personas) Fuente INDEC.

Núcleo duro

La incidencia de la pobreza mantiene desde 2018 un avance consistente. Las crisis cambiarias, el condicionante político que implica la injerencia del FMI en la Argentina y la aceleración de la inflación que deteriora el poder de compra de los salarios configuran un complejo panorama para contener la tasa de pobreza.

Algunos especialistas hablan de “núcleo duro”. Un piso de pobreza e indigencia que la economía argentina, por sus limitaciones internas y externas, no puede perforar incluso ante ciclos de crecimiento económico. Antes de 2015, se consideraba que ese núcleo era del 30%. Después de la gestión Macri, que con sucesivas devaluaciones licuó el poder adquisitivo de grandes franjas de trabajadores, se ha abierto el debate sobre si esa base de pobreza no partiría ahora desde el 35% y 40%.

Las cifras de desempleo bajan desde el segundo trimestre de 2020, cuando la desocupación llegó al 13,1%. El último dato de 2021 fue del 7%, un descenso interanual de 4 puntos porcentuales. ¿Es el límite de la recuperación? Foto Ámbito Financiero.

Asalariados pobres

En Argentina, tener empleo -formal, en blanco, incluso bajo convenio colectivo- no garantiza a una familia superar la barrera de la pobreza. 

El fenómeno del “trabajador pobre”, inaugurado a fines del menemismo, parece haber perdurado en la estructura económica local: ocupados plenos, que cumpliendo las horas efectivas de convenios colectivos, son retribuidos con ingresos que no asoman sobre la línea de pobreza. Es la economía (a menudo irracional).

La pobreza no es patrimonio exclusivo de los desempleados sino que se ha consolidado en la Argentina una categoría contradictoria: "trabajadores asalariados pobres".

Nuevamente, como ante cada crisis, el nuevo dato de pobreza que el INDEC dará a conocer este miércoles pondrá en primer plano la discusión sobre el poder adquisitivo de los trabajadores y las variables macroeconómicas para encauzar la relación entre salarios y Canasta Básica Total. 

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Pobreza e Indigencia (Hogares) Fuente INDEC