“Una vez alguien colocó un  pequeño tocadiscos en el suelo penumbroso, y nos dijo “quiero que escuchen a una chilena” y la música empezó a salir, silueteando el silencio.”

“Me dije, esta mujer es un peligro. Sobre todo para mí que andaba en busca de lo mío, y con mucha facilidad podía acomodarme a las maravillas (me había pasado con los Beatles, me pasaba con Buarque y con la seductora ambrosía de Yupanqui).“Run Run se fue pa’l norte” y “Volver a los 17” -¿para qué hablar de “Gracias a la vida”?-, “acabaron” conmigo. “

“Era compromiso y libertad, , era un “embutido de ángel y bestia”, como dirá don Nicanor, el caballero verde. Para Violeta Parra el maquillaje no existía, ..era espuma y era sedimento.”

“Y es que Violeta Parra, que venía de tan hondo, que era parte de lo primigenio, usaba esta sabiduría para saltar a lo nuevo, como defendiendo las raíces desde la exuberancia del follaje. Virtud de los elementos, Violeta Parra.”

Estas líneas le escribió Silvio Rodríguez  a Chabela en 1992 cuando la hija de Violeta se las pidió para la primera edición que se hizo de las partituras de sus canciones.

Su hermano Nicanor Parra, el  poeta, matemático y físico, creador de la “antipoesía” , le decía la “ Viola  piadosa,  admirable, doliente, chilensis,volcánica,  y funebris”

La que compuso canciones, décimas, música instrumental y fuera también  pintora, escultora, bordadora y ceramista,

La que comporta una insoslayable y angustiante realidad en su país:

Miren como relumbran Carabineros para ofrecerle premios a los obreros / Miren como se visten cabo y sargento, para teñir de rojo los pavimentos.”

La que escribió la bellísima “Gracias a la vida” y terminó quitándosela a los 50 años tras varios intentos fallidos.

La que llevó a decir a su compatriota el actor Patricio Contreras cuando se conmemoraron lo que hubieran sido sus 100 años en el Teatro Colón en 2017

“Gracias a la vida que nos dio a Violeta Parra”

Violeta de los Andes