Con una veintena de allanamientos en seis provincias argentinas fue desbaratada una organización criminal que funcionaba bajo la fachada de una comunidad religiosa desde la década del 70'.

El despliegue de agentes de la Policía Federal y de Gendarmería apuntó contra las acciones de trata de personas, lavado de dinero, delitos contra la integridad sexual de menores y adultos, contra la identidad y contra la vida. 

La organización delictiva comandada por una mujer conocida como ""La Tía Elva" operaba con un templo central en la provincia de Buenos Aires y otros anexos en , Salta, Tucumán, Mendoza, Neuquén y Entre Ríos.

De acuerdo a la información del Ministerio de Seguridad de la Nación los miembros de la “comunidad” sustraían menores a sus padres biológicos para inscribirlos luego como hijos de varias mujeres de la organización. 

 la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic subrayó: “Esta es nuestra gestión: reforzar la investigación y el análisis criminal e ir hacia el desbaratamiento de grandes organizaciones para no dejar que este tipo de delitos se sigan cometiendo en Argentina”.