El Juzgado de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y de Género de 7° Nominación dispuso la exclusión del hogar de un hombre que echó de la casa a su hijo, cuando este regresó de una internación en el Hospital Misericordia con una sonda vesical. 

La denuncia fue presentada por profesionales del nosocomio, quienes constataron que el agresor sometía a una situación de violencia cotidiana al joven y a toda su familia.

La jueza Susana Ottogalli también le impuso al hombre una restricción de acercamiento en un radio de 300 metros con respecto a su hijo y a su pareja, la madre del joven.

Asimismo, el tribunal dio intervención a la Secretaria de Niñez Adolescencia y Familia (Senaf) respecto de dos niños menores de edad que viven en la casa: un hijo del agresor, que tiene 15 años, y una nieta, de 1 año.

La presentación de los profesionales precisa que, cuando fue expulsado de la casa, el paciente no tuvo otra opción que reingresar al hospital “con el riesgo que esta implica en este momento de contingencia epidemiológica” por la circulación de coronavirus (COVID-19).

Entre otras patologías, la víctima tiene diabetes tipo 1, desnutrición, insuficiencia renal, trastornos para caminar y dificultades en su visión; lo que ha llevado a tramitarle el Certificado Único de Discapacidad.

Desde el Hospital Misericordia, ya se habían instrumentado diversas estrategias de abordaje para superar el conflicto; pero no dieron resultado puesto que cada vez que el paciente era dado de alta y regresaba a su hogar era objeto de violencia por parte de su padre.

Los testimonios de los profesionales que alertaron sobre la situación fueron recabados en forma telefónica por los funcionarios judiciales intervinientes y la resolución fue elaborada por la jueza Ottogalli con la modalidad de teletrabajo.