La Justicia Federal de Bell Ville elevó a juicio una causa contra una banda liderada desde la cárcel de Villa María dedicada a comercializar droga. Según la investigación, Carlos Gilli, desde su celda, distribuía drogas en la región. 

La investigación comenzó en marzo de 2018 y con las pruebas recolectadas el fiscal José María Uriarte determinó la elevación a juicio. Fueron horas de escuchas telefónicas, allanamientos y secuestro de estupefacientes, balanzas de precisión y otros elementos relacionados, detalló El Diario del centro del pías. 

En total, son nueve los acusados que tendrían, como actividad principal y en algunos casos única, la venta de drogas como medio de vida.

.La acusación sostiene que Gilli, alias “Gordo”; Emiliano David Luciano, alias “Emi”; Mario Alberto Estadella, alias “Papillón” y José Luis Malagueño, alias “Pipi”: pergeñaron un plan común para comercializar y vender droga a gran escala.

El mecanismo comenzaba con la compra a “proveedores”, la que hacía Gilli telefónicamente desde la cárcel. Luego, Luciano se encargaba -según la investigación- de todo lo concerniente al fraccionamiento y distribución, a la vez que se ocupaba de la recaudación del dinero producto de su venta. 

En las comunicaciones entre ambos, se referían a “Marlboro” cuando se trataba de marihuana y a “ella” si se hablaba de cocaína.

En esa organización, el rol de Estadella era el de guarda de la mercadería ilícita, explica el medio local, lo que hacía en una vivienda de Villa Nueva, presumiblemente alquilada por Gilli, a la que se referían como “guardería”.

La distribución de la sustancia ilícita era en la región. Y allí aparecen el resto de los imputados radicados en Bell Ville y Marcos Juárez.

Cabe señalar que tras las escuchas, en octubre de 2019 hicieron allanamientos con efectivos de la Policía Federal, en los que recolectaron todos los materiales probatorios.