La situación de los diez rugbiers imputados por la muerte de Fernándo Báez Sosa cambió este lunes con un nuevo dictamen de la fiscal Verónica Zamboni que amplió de dos a ocho los acusados de autores del homicidio; a la vez que acusó a los dos liberados la semana pasada de ser partícipes necesarios.

De esta forma todo el grupo quedó de nuevo en el ojo de la tormenta por la golpiza a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell durante la madrugada del 18 de enero. 

Zamboni entiende que Máximo Thomsen, Ciro, Lucas y Luciano Pertossi y Matías Benicelli se abalanzaron a las espaldas de Báez Sosa, quien se encontraba "indefenso", y actuaron "sobre seguro en virtud de la superioridad numérica y física".

La fiscal señala que el grupo de Zárate tuvo el fin de "darle muerte" al joven, para "cumplir con los pactado", mediante "varias patadas en su rostro y cabeza".

Sobre el rol de Enzo Comelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz el dictamen judicial marca que funcionaron como una barrera de contención para impedir que los amigos de Baéz Sosa lo auxilien. 

En tercer lugar Zamboni les adjudicó Juan Pedro Guarino y a Alejo Milanesi, quienes dejaron la cárcel de Dolores la semana pasada por falta de pruebas pero no fueron sobreseídos, responsabilidad en la huida de los autores del crimen con la inteción de "lograr la impunidad".