Uno a uno fueron pasando y sus dichos, con agregados o faltantes, se fueron reiterando. Los ocho imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido hace poco más de un mes en una zona de boliches de Villa Gesell coincidieron en manifestar su descontento con el proceso judicial y en no responder preguntas sobre el caso puntual.

“Nosotros estuvimos dispuestos a declarar desde el primer día, pero nos dijeron cosas que no entendimos. Nos condenó la sociedad antes que un fiscal”, disparó Máximo Thomsen ante Verónica Zamboni, la funcionaria judicial que investiga los hechos.

En la rueda de indagatorias de este miércoles sostuvieron que, por la desconfianza que les genera, no iban a ampliar sus declaraciones, y llegaron a pedir la presencia del juez David Mancinelli como garantía.

Todos están representados por el abogado Hugo Tomei, quien desde un principio les recomendó el silencio.

Trascendió que Thomsen hizo hincapié en la negativa a que les muestren el video en el que se los ve golpeando al joven de 18 años, a la postre fallecido; que no tenía antecedentes policiales y dijo que “no me explicaron nada” desde su detención, sólo que “se le había entregado a una familia un pibe en un cajón... Nosotros no sabíamos nada”.

A su vez, Enzo Comelli hizo un recorrido por sus días en el Penal de Dolores. “Nos quieren asustar afilando las puntas debajo de nuestras ventanas, gritando nuestros apellidos reiteradamente. Nosotros sentimos que toda la culpa, además de la fiscal por mentirnos y ocultarnos tanta información y privarnos de la libertad ilegítimamente, es culpa de los medios y de la información que se filtra desde la investigación”.