Datos personales de casi 26 mil compatriotas han quedado a disposición de quienes se animen a navegar por la denominada dark web, aquella a la que acuden los delincuentes que emplean medios informáticos para sus delitos.

Se trata específicamente de información personal de más de 25.700 argentinos que regresaron al país entre el 20 de marzo y el 20 de mayo del corriente año, los primeros dos meses de vigencia del aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el gobierno nacional ante la pandemia del coronavirus.

Dicha información incluye dirección, números de teléfono, números de documentación identificatoria, procedencia del viaje, destino y hasta la ubicación de los lugares donde debieron realizar la cuarentena 

Junto a esos datos, también circulan otros sobre decenas de funcionarios públicos que se desempeñan en distintas dependencias y han debido salir del país por distintas razones.

Todo ese material, en formato digital, forma parte de los archivos, de condición reservada, que fueron robados, mediante un ataque informático, a la Dirección Nacional de Migraciones el pasado 27 de agosto y que comenzaron a difundirse desde la mañana del pasado jueves.

Se trata de una minúscula fracción de los casi 3 Gb por los que los ciberdelincuentes pidieron un millonario rescate que el gobierno nacional no accedió a pagar. Hasta el momento se ha develado el contenido de más de 2 mil archivos.

Entre los datos publicados también se destacan los recabados sobre más de 23 mil ciudadanos extranjeros que ingresaron y egresaron del país en los primeros meses del año en curso. 

Programa Siria

Aún más delicado, los documentos filtrados también brindan precisiones sobre más de 600 ciudadanos sirios que se inscribieron para el "Programa Especial de Visado Humanitario para afectados por el conflicto de la República de Siria”, más conocido como Programa Siria.

"Ahora se puede saber quiénes son, dónde viven, si ingresaron, quién los recibió. O sea, se los puede identificar, lo que los vuelve nuevamente vulnerables", indicaron fuentes consultadas por este medio.

Similar situación atraviesan personas procedentes de otros países. Muchos de ellos también arribados al país aduciendo haber sido objetos de persecuciones.

El ataque tipo ransomware (que encripta archivos) incluyó carpetas en las que se almacenaba información sobre criminales de otros países. En particular, itinerarios, registros y solicitudes de otros gobiernos.

"Es información perdida. El Gobierno se equivocó al decir que habían controlado el ataque. Lo minimizaron. Ahora hay que saber qué fue exactamente todo lo robado. Difícilmente puedan dar con los delincuentes, porque tienen mucha capacidad y trabajan muy organizadamente", explicaron las mismas fuentes.