TOROS es un telescopio robotizado que puede ser comandado remotamente por internet.

Posee un espejo de 610mm y su longitud focal es de 3974mm. Tiene una configuración ecuatorial –se mueve siguiendo la línea del Ecuador– y próximamente contará con una cámara CCD de última tecnología, que le permitirá obtener instantáneas continuas del cielo en máxima calidad. Se espera que alcance su máximo nivel de sensibilidad para fines del 2021.

Su misión -según detalló la agencia UNCiencia- será detectar potentes colisiones de objetos compactos en galaxias distantes hasta 600 millones de años luz. La idea es capturar las señales lumínicas de esos eventos como contraparte óptica en la detección de ondas gravitacionales.

“Este telescopio busca dilucidar parte de las investigaciones sobre física nuclear que nunca podremos recrear en la Tierra”, explica Mario Díaz, investigador responsable del proyecto TOROS desde la Universidad de Río Grande Valley.

“La densidad nuclear en las estrellas de neutrones y los ‘fuegos artificiales’ de energías increíbles que se encienden en el choque de dos de estos cadáveres estelares –que danzaron juntos por millones de años acercándose progresivamente hasta el catastrófico abrazo final– permitirán entender mejor cómo viven y mueren las estrellas”, completa Díaz.

Como se recordará, en 2016 el Observatorio por Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales –LIGO, por sus siglas en inglés– anunció al mundo la primera detección de ondas gravitacionales, una de las predicciones de la Teoría de Relatividad General formulada por Einstein hace más de un siglo.

Tal como fueron postuladas por el científico alemán, las ondas gravitacionales son una perturbación del espacio-tiempo que se desplaza a la velocidad de la luz. Por sus características tienen la capacidad de modificar ínfimamente las dimensiones de grandes objetos.

Para reconocer esta alteración, LIGO utilizó dispositivos que emplean rayos láser (interferómetros) para realizar las mediciones más precisas del mundo. La intención es que TOROS fotografíe los eventos astronómicos que originan esas ondas gravitacionales.

Por ello, cada vez que LIGO detecte una señal en sus instrumentos, enviará una alerta y TOROS apuntará su espejo a la región que le indique para intentar registrar el evento que habría generado las posibles ondas gravitacionales.